Vanguardismo, los vanguardismos, los ismos Is, los ismos I
Romped todo!
(Del blog Street Anatomy: http://streetanatomy.com/)
El sistema DD os hará libres, romped todo. Sois los amos de todo lo que rompáis. Las leyes, las morales, las estéticas se han hecho para que respetéis las cosas frágiles. Lo que es frágil está destinado a ser roto. Probad vuestra fuerza una sola vez: os desafío a que después no continuéis. Lo que no rompáis os romperá, será vuestro amo.
Louis Aragón, poeta francés
La característica primordial del vanguardismo es la libertad de expresión, que se manifiesta alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando los parámetros creativos: en poesía se rompe con la métrica y cobran protagonismo aspectos antes irrelevantes, como la tipografía; en arquitectura se desecha la simetría, para dar paso a la asimetría; en pintura se rompe con las líneas, las formas, los colores neutros y la perspectiva.
Desde el punto de vista cultural, fue una época dominada por las transformaciones y el progreso científico y tecnológico (la aparición del automóvil y del avión, el cinematógrafo, el gramófono, etc.). El principal valor fue, pues, el de la modernidad (o sustitución de lo viejo y caduco por lo nuevo, original y mediado tecnológicamente).
Por su parte, en el ámbito literario era precisa una profunda renovación. De esta voluntad de ruptura con lo anterior, de lucha contra el sentimentalismo, de la exaltación del inconsciente, de lo racional, de la libertad, de la pasión y del individualismo nacerían las vanguardias en las primeras décadas del siglo XX.
Europa vivía, al momento de surgir las vanguardias artísticas, una profunda crisis. Crisis que desencadenó la Primera Guerra Mundial, y luego, en la evidencia de los límites del sistema capitalista. Si bien «hasta 1914 los socialistas son los únicos que hablan del hundimiento del capitalismo», como señala Arnold Hauser, también otros sectores habían percibido desde antes los límites de un modelo de vida que privilegiaba el dinero, la producción y los valores de cambio frente al individuo.
Resultado de esto fue la chatura intelectual, la pobreza y el encasillamiento artístico contra los que reaccionaron en 1905: Pablo Picasso y Georges Braque con sus exposiciones cubistas, y el futurismo que, en 1909, deslumbrado por los avances de la modernidad científica y tecnológica, lanzó su primer manifiesto de apuesta al futuro y rechazo a todo lo anterior.
LA POESÍA EN PROSA
Antecedentes de la poesía en prosa o prosa poética.
La prosa poética corresponde al segundo tipo de obras líricas que existen. En ella se pueden encontrar los mismos elementos que en el poema: hablante lírico, actitud lírica, objeto y tema, pero sin elementos formales (métrica, rima).
Se distingue del poema por estar escrita en prosa y del cuento o del relato porque su finalidad no es específicamente narrar hechos sino transmitir sentimientos, sensaciones e impresiones.
También se dice que el Corán está escrito en prosa poética, por que es un verso trasmitido de forma lírica oral, y que fue luego codificado en la forma más próxima al lenguaje usado, o sea esto sería en forma de prosa poética.
Su iniciador fue el francés Aloysius Bertrand, que en su libro Gaspard de la nuit introdujo los primeros poemas en prosa a la literatura. Sin embargo, el estilo de Bertrand no obtuvo acogida por parte de los poetas románticos, por lo que pasó desapercibido. Fue el poeta Charles Baudelaire, con su libro El Spleen de París, el que revivió la idea de Bertrand y le dio fama a este tipo de poesía; influyendo luego grandemente a varios poetas simbolistas, entre ellos a Arthur Rimbaud, particularmente en su libro Iluminaciones.
Le Spleen de Paris (1869)
Charles Baudelaire
Un recueil de textes en prose auquel Baudelaire consacra les dernières années de sa vie : c'est Le Spleen de Paris, qui ne sera publié intégralement que deux ans après sa mort. L'un des grands poètes du XIXème siècle- si ce n'est le plus grand - Baudelaire n'a jamais cessé d'écrire en prose. Ses premières publications furent celle d'un critique d'art (les Salons de 1845 et 1846) et d'un romancier (La Fanfarlo). Il conclut ses activités prosaïques par Le Spleen de Paris. Le sous-titre de l'oeuvre, Petits Poèmes en Prose, amorce l'explication de cette confrontation entre prose et poésie dans l'œuvre de Baudelaire. Poète avant tout, il s'est toujours attelé à un décloisonnement des genres littéraires. « Sois toujours poète, même en prose... » Même si Le Spleen de Paris s'éloigne de l'exercice poétique par sa forme, il n'en reste pas moins de la poésie, attaché au langage métaphorique et imagé. Ce mélange des genres ne s'arrête pas là puisqu'on retrouve dans ce recueil des textes se rapprochant davantage d'une critique, d'un essai ou d'une nouvelle. En regroupant ces textes, Baudelaire ne crée pas un genre, mais s'adonne simplement à évaluer l'ensemble des potentialités de l'écriture.
I El extranjero
-¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?
-Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo.
-¿A tus amigos?
-Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer.
-¿A tu patria?
-Ignoro en qué latitud está situada.
-¿A la belleza?
-Bien la querría, ya que es diosa e inmortal.
-¿Al oro?
-Lo aborrezco lo mismo que aborrecéis vosotros a Dios.
-Pues ¿a quién quieres, extraordinario extranjero?
-Quiero a las nubes..., a las nubes que pasan... por allá.... ¡a las nubes maravillosas!
I. L'étranger
Qui aimes-tu le mieux, homme énigmatique, dis ? Ton père, ta mère, ta soeur ou ton frère?
- Je n'ai ni père, ni mère, ni soeur, ni frère.
- Tes amis ?
- Vous vous servez là d'une parole dont le sens m'est restée jusqu'à ce jour inconnu.
- Ta patrie ?
- J'ignore sous quelle latitude elle est située.
- La beauté ?
- Je l'aimerais volontiers, déesse et immortelle.
- L'or ?
- Je le hais comme vous haïssez Dieu.
- Eh ! qu'aimes-tu donc, extraordinaire étranger ?
- J'aime les nuages. Les nuages qui passent... là-bas...là-bas les merveilleux nuages !
XXIII
La soledad
Un gacetillero filántropo me dice que la soledad es mala para el hombre; y en apoyo de su tesis cita, como todos los incrédulos, palabras de los padres de la Iglesia.
Sé que el Demonio frecuenta gustoso los lugares áridos, y que el espíritu del asesinato y de la lubricidad se inflama maravillosamente en las soledades. Pero sería posible que esta soledad sólo fuese peligrosa para el alma ociosa y divagadora, que la puebla con sus pasiones y con sus quimeras.
Cierto que un charlatán, cuyo placer supremo consiste en hablar desde lo alto de una cátedra o de una tribuna, correría fuerte peligro al volverse loco furioso en la isla de Robinsón. No exigiré a mi gacetillero las animosas virtudes de Crusoe; pero le pido que no entable acusación contra los enamorados de la soledad y del misterio.
Hay en nuestras razas parlanchinas individuos que aceptarían con menor repugnancia el suplicio supremo si se les permitiera lanzar desde lo alto del patíbulo una copiosa arenga, sin miedo de que los tambores de Santerre les cortasen intempestivamente la palabra.
No los compadezco, porque adivino que sus efusiones oratorias les procuran placeres iguales a los que otros sacan del silencio y del recogimiento; pero los desprecio.
Deseo, ante todo, que mi gacetillero maldito me dejo divertirme a mi gusto. «Pero ¿no siente usted nunca -me dice, en tono nasal archiapostólico- necesidad de compartir sus goces?» ¡Miren el sutil envidioso! ¡Sabe que desdeño los suyos y viene a insinuarse en los míos, el horrible aguafiestas!
«¡La desgracia grande de no poder estar solo!...» -dice en algún lado La Bruyère, como para avergonzar a todos los que corren a olvidarse entre la muchedumbre, temerosos, sin duda, de no poder soportarse a sí mismos.
«Casi todas nuestras desgracias provienen de no haber sabido quedarnos en nuestra habitación» -dice otro sabio, creo que Pascal, llamando así a la celda del recogimiento a todos los alocados que buscan la dicha en el movimiento y en una prostitución que llamaría yo fraternitaria, si quisiera hablar la hermosa lengua de mi siglo.
XXIII
La solitude
Un gazetier philanthrope me dit que la solitude est mauvaise pour l'homme et à l'appui de sa thèse, il cite, comme tous les incrédules, des paroles des Pères de l'Eglise; Je sais que le Démon fréquente volontiers les lieux arides, et que l'Esprit de meurtre et de lubricité s'enflamme merveilleusement dans les solitudes. Mais il serait possible que cette solitude ne fût dangereuse que pour l'âme oisive et divagante qui la peuple de ses passions et de ses chimères. Il est certain qu'un bavard, dont le suprême plaisir consiste à parler du haut d'une chaire ou d'une tribune, risquerait fort de devenir fou furieux dans l'île de Robinson. Je n'exige pas de mon gazetier les courageuses vertus de Crusoé, mais je demande qu'il ne décrète pas d'accusation les amoureux de la solitude et du mystère. Il y a dans nos races jacassières, des individus qui accepteraient avec moins de répugnance le supplice suprême, s'il leur était permis de faire du haut de l'échafaud une copieuse harangue, sans craindre que les tambours de Santerre ne leur coupassent intempestivement la parole. Je ne les plains pas, parce que je devine que leurs effusions oratoires leur procurent des voluptés égales à celles que d'autres tirent du silence et du recueillement ; mais je les méprise. Je désire surtout que mon maudit gazetier me laisse m'amuser à ma guise. " Vous n'éprouvez donc jamais, - me dit-il, avec un ton de nez très apostolique, -le besoin de partager vos jouissances"? Voyez-vous le subtil envieux! Il sait que je dédaigne les siennes, et il vient s'insinuer dans les miennes, le hideux trouble-fête ! "Ce grand malheur de ne pouvoir être seul !..." dit quelque part La Bruyère, comme pour faire honte à tous ceux qui courent s'oublier dans la foule, craignant sans doute de ne pouvoir se supporter eux-mêmes. " Presque tous nos malheurs nous viennent de n'avoir pas su rester dans notre chambre ", dit un autre sage, Pascal, je crois, rappelant ainsi dans la cellule du recueillement tous ces affolés qui cherchent le bonheur dans le mouvement et dans une prostitution que je pourrais appeler fraternitaire, si je voulais parler la belle langue de mon siècle.
Stéphane Mallarmé: el verso libre y el poema en prosa o la prosa poética.
ME agradaría que no se leyera esta Nota, o que después de examinada rápidamente, se la olvidara. Poco enseña al lector suspicaz, pero puede llegar a perturbar al ingenuo, aún antes de fijar la mirada en las primeras palabra del Poema, porque conforme están dispuestas, lo conducen de inmediato a las últimas.
La única novedad del conjunto es la manera en que las líneas están espaciadas. Los “blancos”, en efecto, adquieren importancia, impresionan desde el comienzo. La versificación exige ordinariamente un silencio en derredor, a tal punto, que un trozo lírico, o de pocos pies de verso, ocupa, en el centro de la hoja, aproximadamente el tercio de la misma. Yo no sobrepaso esta medida: la disperso, solamente. El papel interviene cada vez que una imagen empieza o acaba, aceptando la sucesión de otras imágenes; y como no se trata, según ocurre siempre, de líneas sonoras regulares o versos –mejor dicho de subdivisiones prismáticas de la idea- el instante de aparición y duración de su influencia en alguna escenificación espiritual exacta, se produce en lugares distintos: próximos o lejanos al latente hilo conductor, en razón de la apariencia de verdad que el texto adquiere en la distribución tipográfica. La ventaja literaria, si es que tengo derecho a decirlo, de este espacio que reproduce al que separa mentalmente los grupos de palabras, o las palabras entre sí, es que después parece acelerar o retardar el movimiento, dándole métrica e insinuándolo mediante la visión conjunta de la Página, tomada ésta como unidad, tal cual ocurre en otras circunstancias con el Verso o línea perfecta. La ilusión surgirá velozmente alrededor de las pausas fragmentarias de una frase fundamental, según la movilidad del escrito, desde el título mismo, introducido y continuado en el poema en resumen, todo ocurre hipotéticamente. Se evita el recitado. Hay que agregar que de este empleo descarnado del pensamiento, con sus contracciones, prolongaciones, huidas, o su dibujo mismo, resulta una partitura para el que quiera leer en alta voz.
La diferencia de los caracteres de imprenta entre el motivo preponderante, el secundario y el adyacente, adquiere importancia en la emisión oral. La ubicación en la parte superior, inferior o media de la página, indicará que la entonación sube o baja. Únicamente ciertos intentos muy audaces, ciertas conquistas que forman el contrapunto de esta prosodia, quedan en estado elemental en una obra falta de antecedentes como ésta. No es que considere que ha llegado la oportunidad de tímidos ensayos, o de actuar muy contrariamente a la costumbre en un Periódico como éste; por más que se muestre valiente y acogedor de las bellas libertades. Sólo me pertenece la compaginación especial, o de volumen. Sin embargo, debiera haber indicado, mejor que el esbozo, un “estado” del poema adjunto, que no rompiera totalmente con la tradición; debiera haber organizado su presentación en diferentes formas, para que frente a ellas nadie se confunda, y que bastarían para abrirles los ojos. Sin presumir hoy del futuro que surgirá de aquí –un arte, o casi nada- reconozco gustoso que el intento puede tener imprevistas consecuencias particulares, provechosas para nuestra época, como el verso libre y el poema en prosa. Sé que su reunión se efectúa bajo influencia extraña: la de la Música oída en el concierto. Habiendo encontrado en ella varios medios que parecían pertenecer a las Letras, los retorno. El género que como la sinfonía, deviene uno, deja intacto poco a poco, al lado del canto personal, el antiguo verso, al que guardo culto y atribuyo el imperio de la pasión y del ensueño. Habría llegado la oportunidad, mientras lo permita, de tratar preferentemente tales temas de imaginación pura, compleja e intelectual. No hay motivos para excluirlos de la Poesía, única fuente.
Stéphane Mallarmé
Prefacio
NOTA DE LOS EDITORES FRANCESES
La parte que va entre las palabras “Únicamente ciertos intentos muy audaces...” y “...que bastarían para abrirles los ojos”, se refiere a la edición del Poema efectuada en Mayo de 1897 por la Revista “Cosmópolis”, para la que había sido hecho este Prefacio. Sin embargo, nos ha parecido de interés general y de bastante significación dentro del pensamiento del autor, para ser reproducida aquí, al frente de la edición definitiva preparada bajo su dirección, y que debía aparecer en el momento en que lo sorprendió la muerte. La principal innovación establecida por él en este último “estado” de su obra, para utilizar el término del cual se sirvió, parécenos consistir en que no existe una sola página o “verso”, sino que la lectura se hace sobre las dos, conjuntamente, teniendo en cuenta, simplemente, el descenso ordinario de las líneas.
NOTA DEL TRADUCTOR
Todas las características tipográficas de la edición francesa: formato, distribución de los “blancos”, tipos de imprenta, etc., han sido respetados en esta primera edición castellana. Hemos puesto especial empeño para que así suceda, porque consideramos que con esto damos al lector una imagen más fiel de lo que Mallarmé ha querido intentar con Un Golpe de Dados; además, sabemos lo que para el Poeta significaban todos estos elementos gráficos, el cariño que ponía en su elección y la importancia plástica que en el poema adquieren.
P O E M A
UN GOLPE DE DADOS NUNCA SUPRIMIRÁ EL AZAR
por
STÉPHANE MALLARMÉ
UN GOLPE DE DADOS
NUNCA
AUN LANZADO EN CIRCUNSTANCIAS ETERNAS
DEL FONDO DE UN NAUFRAGIO
SEA
que
el Abismo
blanqueare
calmo
furioso
planeare desesperadamente
bajo una inclinación
de su
propia ala
de
antemano afectada por la imposibilidad de levantar el vuelo
cubriendo los borbollones
cortando a ras los saltos
muy interiormente resume
la sombra oculta en la profundidad por esa vela alternativa
hasta adaptar
en la envergadura
su anchurosa profundidad mientras que el esqueleto
de un navío
se inclina de una a otra borda
EL MAESTRO
sugiere
de esa conflagración
que sucede
que se
como se amenaza
el único Número que no puede
duda
cadáver separado por el brazo
en vez
de jugar
la partida
como un maníaco canoso
en nombre de las olas
una
naufragio éste
ha surgido fuera de antiguos cálculos
en el sitio en que la maniobra con la edad olvidada
que antaño empuñaba el timón
del horizonte unánime
a sus pies
prepara
se agita y mezcla
en el puño que la aprisionaba
al destino y los vientos
ser otro
Espíritu
para arrojarlo
en la tempestad
replegando la escuadra y pasar altanero
del secreto que detenta
invadió al jefe
corre cual barba sumisa
directo del hombre
sin navío
no importa dónde
inútilmente
ancestralmente sin abrir la mano
crispada
más arriba de la inútil cabeza
legado en la desaparición
a alguien
incierto
el ulterior demonio inmemorial
teniendo
comarcas sin valor
indujo
al anciano hacia esa suprema conjunción con la probabilidad
aquella
su sombra pueril
acariciada pulida lavada y lista
dominada por la ola y substraída
a los duros huesos perdidos entre los tablones
nace
de un juego
el mar fue tentado por el abuelo o el abuelo fue tentado por el mar
inútil resultado
Esponsales
en donde
el velo de ilusión refleja su locura
como el fantasma de un gesto
vacilará
oscilará
locura
SUPRIMIRÁ
COMO SI
Una insinuación
al silencio
en alguien próximo
revolotea
simple
retorcida junto con la ironía
o
el misterio
precipitado
aullado
torbellino de hilaridad y horror
alrededor del abismo
sin cubrirlo
ni huir
y acuna el virgen índice
COMO SI
una enloquecida pluma solitaria
Salvo
que la encuentre o roce el toque de medianoche
e inmovilice
al terciopelo ajado por fría carcajada
esa rígida blancura
insultante
en oposición al cielo
exagerada
para no marcar
exiguamente
a cualquier
príncipe amargo del escollo
se cubre la cabeza como si fuera con lo heroico
irresistible pero contenido
por su pequeña razón viril
como un relámpago
inquieto
expiatorio y púber
mudo
El lúcido y señorial penacho
centellea
en la frente invisible
después ensombrece
una pequeña estatura tenebrosa
en su torsión de sirena
con las últimas e impacientes escamas
reír
ya
LO CREO
de vértigo
erguida
en el instante
de abofetear
bifurcadas
una roca
falsa morada
bruscamente
evaporada en brumas
que impuso
un límite al infinito
ERA
descendiente estelar
ESO SERÍA
peor
no
ni más ni menos
indiferentemente pero igual que
EL NÚMERO
¿EXISTIRÍA
en forma distinta a una alucinación dispersa en agonía?
¿COMENZARÍA Y CESARÍA
surgiendo cuando era negado y concluso cuando apareció
al fin
por algún exceso extendido en rareza?
¿CONSIDERARÍASE
como resultado de ka suma sólo por una de ellas?
¿ILUMINARÍA?
EL AZAR
Cayó
la pluma
rítmica suspendida en lo siniestro
se sumerge
en las espumas originales
donde no ha mucho crecía su delirio hasta una cima
asolada
por la neutralidad idéntica del abismo
NADA
de la memorable crisis
o se produjo
el acontecimiento
realizado en vista de todo resultado nulo
humano
HABRÁ TENIDO LUGAR
una elevación ordinaria se rebalsa de ausencia
SEA QUE EL LUGAR
inferior salpique a cualquiera como para dispersar el acto vacío
escarpado sino
por su error
fue fundada
la perdición
en esos parajes
vaporosos
en los que toda realidad se disuelve
EXCEPTUADA
la altitud
QUIZÁS
tan lejana que un lugar
se fusiona con el más allá
ajeno al interés
respecto a él señalado
en general
según tal oblicuidad por tal declividad
de los astros
en esa dirección
debe hallarse
el Septentrión también el Norte
UNA CONSTELACIÓN
fría de olvido y de desuso
pero no tanto
que no enumere
sobre alguna superficie desierta y superior
el choque
sideralmente sucesivo
en un cálculo total en formación
velando
dudando
girando
brillando y meditando
antes de detenerse
en algún sitio último que la consagre
Todo Pensamiento emite un Golpe de Dados
Preguntas
1. ¿Qué piensas de lo que afirma Aragón en el Manifiesto Dadá: “lo que no rompáis os romperá, será vuestro amo”?
2. ¿Cuáles son las características del movimiento vanguardista?
3. ¿En qué consiste la prosa poética?
4. ¿Qué plantea Stephane Mallarmé sobre la disposición espacial de las palabras en la página?
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