viernes, 30 de marzo de 2012

módulo 6. Barroco I

BARROCO.







Apolo y Dafne. Escultura de Bernini.




Detalle de Apolo y Marsias de José de Ribera (Barroco español), 1637, Museo N. di San Martino, Nápoles.
Nótese la influencia del tenebrismo italiano (Caravaggio).




Cena en Emaús. Caravaggio (Barroco italiano. Nótese la presencia del claroscuro).




El Barroco fue un periodo de la historia en la cultura occidental que produjo obras en el campo de la literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza y la música, y que abarca desde el año 1600 hasta el año 1750 aproximadamente. Se suele situar entre el Renacimiento y el Neoclásico, en una época en la cual la Iglesia católica europea tuvo que reaccionar contra muchos movimientos revolucionarios culturales que produjeron una nueva ciencia y una religión disidente dentro del propio catolicismo dominante: la Reforma Protestante.
Como estilo artístico el barroco surgió a principios del siglo XVII y de Italia se irradió hacia la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX) el término barroco tuvo un sentido peyorativo, con el significado de recargado, desmesurado e irracional, hasta que posteriormente fue revalorizado a fines de siglo XIX por Jacob Burckhardt y luego por Benedetto Croce y Eugenio d'Ors.
La palabra barroco fue inventada por críticos posteriores, más que por los practicantes de las artes en el siglo XVII y principios de siglo XVIII, es decir, los artistas que plasmaban dicho estilo. Proviene de la palabra portuguesa "barroco" (en español sería "barrueco"), que significa "perla de forma irregular", o "joya falsa". Una palabra antigua similar, "barlocco" o "brillocco", es usada en el dialecto romano con el mismo sentido. También se le llama "barro-coco". Todas ellas significan lo mismo. Otro interpretación lo deriva del sustantivo "Baroco", usado en tono sarcástico y polémico para indicar un modo de razonar artificioso y pedante. En ambos casos el término expresa el concepto de artificio confuso e impuro, de engaño, de capricho de la naturaleza, de extravagancia del pensamiento.
El término "barroco" fue después usado con un sentido despectivo, para subrayar el exceso de énfasis y abundancia de ornamentación, a diferencia de la racionalidad más clara y sobria de la Ilustración (siglo XVIII ). Fue finalmente rehabilitado en 1888 por el historiador alemán de arte Heinrich Wölfflin (1864-1945), quién identificó al Barroco como oponente al Renacimiento y como una clase diferente dentro del arte "elaborado".


Cada una de las Bellas Artes tiene representantes en este movimiento cultural:
• En música sobresalen Antonio Vivaldi, Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel
• En literatura española se encuentran Luis de Góngora y Francisco de Quevedo y Villegas. En la literatura en español americano destaca principalmente Sor Juana Inés de la Cruz.
• En pintura italiana están Pietro da Cortona, Caravaggio, y los Carracci
• En la escultura italiana el exponente más célebre del barroco es Bernini. En la escultura mexicana, destacó Jerónimo de Balbás.
• En la arquitectura Bernini y Borromini.

La Iglesia, antes que las monarquías absolutistas que posteriormente ejercieron un poder paralelo al Vaticano, fue la primera en comprender el poder ilimitado del arte como vehículo de propaganda y control ideológico. Por esta razón contrata grandes cantidades de artistas, reclutando por supuesto a los mejores, pero también a muchos de segunda fila que aumentan los niveles de producción para satisfacer las demandas de la gran base de fieles. Se exige a todos los artistas que se alejen de las elaboraciones sofisticadas y de los misterios teológicos, para llevar a cabo un arte sencillo, directo, fácil de leer, que cualquier fiel que se aproxime a una iglesia pueda comprender de inmediato. Los personajes han de ser cercanos al pueblo: los santos dejan de vestir como cortesanos para aparecer casi como pordioseros, con rostros vulgares. El énfasis de la acción ha de colocarse sobre el dramatismo: la consigna fue ganar al fiel a través de la emoción. Las escenas se vuelven dinámicas, lejos del hieratismo intemporal de los estilos anteriores. Las composiciones se complican para ofrecer variedad y colorido. Las luces, los colores, las sombras se multiplican y ofrecen una imagen vistosa y atrayente de la religión y sus protagonistas.
Caravaggio, barroco italiano. La incredulidad de Santo Tomás. Fuera del patrocinio de la Iglesia, los mecenas privados se multiplican: el afán de coleccionismo incita a los pintores a llevar a cabo una producción de pequeño o mediano formato para aumentar los gabinetes de curiosidades de ricos comerciantes y alta nobleza.
En la época de los filósofos Descartes, el arte se colecciona como los objetos científicos o los exóticos bienes importados de las Indias y América. La secularización de esta época propició que se revalorizaran géneros profanos, como el bodegón o el paisaje, que empieza a cobrar una autonomía inusitada. Las complejas composiciones del Barroco, la diversidad de focos de luz, la abundancia de elementos, todo, puede aplicarse perfectamente a un paisaje, tal y como puede verse en la Recepción del Embajador Imperial en el Palacio Ducal de Canaletto.
Canaletto.Recepción del Embajador Imperial en el Palacio Ducal El Barroco como estilo general es tan sólo una intención de base. Las formas que adopte en la praxis serán tan variadas como se pueda imaginar. Sin embargo, dos polos predominan, agrupados en torno a dos grandes figuras rivales en la época: Michelangelo Merisi da Caravaggio, que aglutina a los pintores del naturalismo tenebrista; y Annibale Carracci, que trabaja con su hermano y con su primo en un estilo clasicista.

Pintura del Barroco
La mejor y más importante pintura durante el período que comienza alrededor del año 1600 y continúa a lo largo de todo el siglo XVII, y a principios del siglo XVIII se identifica hoy como pintura barroca. El arte barroco se caracteriza por el realismo, los colores ricos e intensos, y fuertes luces y sombras. En oposición al arte renacentista, que normalmente mostraba el momento anterior a ocurrir cualquier acontecimiento, los artistas barrocos elegían el punto más dramático, el momento en que la acción estaba ocurriendo: Miguel Ángel, que trabajó durante el Alto Renacimiento, muestra a su David compuesto y quieto antes de luchar contra Goliat; el David barroco de Bernini es captado en el acto de lanzar la piedra contra el gigante. El arte barroco pretendía evocar la emoción y la pasión en lugar de la tranquila racionalidad que había sido apreciada durante el Renacimiento.


Apolo y Dafne
Cuenta el mito que Apolo quiso competir con Eros en el arte de lanzar flechas. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que causaba un amor inmediato a quien hiriere. También hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plomo, que causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un día a Dafne se sintió herido de amor y se lanzó en su persecución. Pero Dafne, que sufría el efecto contrario, huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual determinó convertir a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo: «Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria».
La transformación la relata Ovidio en el poema Las metamorfosis. Este mito ilustra el origen de uno de los símbolos típicos del dios, la corona de laurel.




El mito de Apolo y Dafne en la literatura.


Garcilaso de la Vega (poeta renacentista español)

SONETO XIII
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían:

de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!



Francisco de Quevedo (poeta barroco español)

A Dafne, huyendo de Apolo.

"Tras vos, un alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol, ¿y vos tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
pues vais del Sol y de la luz huyendo.

Él os quiere gozar, a lo que entiendo,
si os coge en esta selva tosca y ruda:
su aljaba suena, está su bolsa muda;
el perro, pues no ladra, está muriendo.

Buhonero de signos y planetas,
viene haciendo ademanes y figuras,
cargado de bochornos y cometas."

Esto la dije; y en cortezas duras
de laurel se ingirió contra sus tretas,
y, en escabeche, el Sol se quedó a escuras.

Preguntas sobre el módulo:

1- ¿Qué es el barroco y cuáles son sus principales características?
2- ¿Qué caracteriza a la pintura barroca?
3- ¿Qué relaciones se puede establecer entre la mitología y la literatura? 4-¿Cuáles son las características del soneto?

jueves, 29 de marzo de 2012

módulo 7. Sor Juana Inés de la Cruz.




Retrato de Juana de
Asbaje en 1666, a
los quince años de edad. En esa fecha fue cuando entró a la corte virreinal.

Retrato de Sor Juana,
por Fray Miguel de Herrera.





SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
Primeros años
Hasta mediados del siglo XX, la crítica sorjuanista aceptaba como válido el testimonio de Diego Calleja, primer biógrafo de la monja, sobre su fecha de nacimiento. Según Calleja, Sor Juana había nacido el 12 de noviembre de 1651 en San Miguel de Nepantla.[5] En 1952, el descubrimiento de un acta de bautismo que supuestamente pertenecía a Sor Juana, retrasó la fecha de nacimiento de la poetisa a 1648. Según dicho documento, Juana Inés habría sido bautizada el 2 de diciembre de 1648.[6] Varios críticos, como Octavio Paz[7] y Antonio Alatorre,[8] aceptan la validez del acta de bautismo presentada por García Salcedo, aunque la estudiosa española Georgina Sabat de Rivers considera insuficientes las pruebas que aporta esta acta, pues la poetisa solo usará su segundo nombre hasta la entrada en el convento. Así, según Sabat, la partida de bautismo corresponde a una pariente o una esclava.[9]
Aunque se tienen pocos datos de sus padres, se sabe que nunca se unieron en matrimonio legítimo. Sor Juana fue la menor de las tres hijas —María, Josefa y Juana Inés— procreadas por Pedro Manuel de Asbaje y Machuca e Isabel Ramírez de Santillana. El padre, que se cree que fue un militar español oriundo de la provincia vasca de Guipúzcoa, estaba asentado en San Miguel Nepantla.[10] Allí nació su hija Juana Inés, en un oscuro lugar llamado por entonces "la celda".[11] Su madre, al poco tiempo, se separó de su padre y procreó otros tres hijos con Diego Ruiz Lozano, a quien tampoco desposó.[12]
Muchos críticos han manifestado su sorpresa ante la situación civil de los padres de Sor Juana. Paz apunta que ello se debió a una "laxitud de la moral sexual en la colonia".[13] Se desconoce también el efecto que tuvo en Sor Juana el saberse hija ilegítima, aunque se conoce que trató de ocultarlo. Así lo testifica su testamento de 1669: "hija legítima de don Pedro de Asbaje y Vargas, difunto, y de doña Isabel Ramírez". Su amigo, el padre Calleja, lo ignoraba, pues no hace mención de ello en su estudio biográfico. Su madre, en principio, también lo negó, pero en un testamento fechado en 1687 reconoce que todos sus hijos, incluyendo a Sor Juana, fueron concebidos fuera del matrimonio.[14]
La niña pasó su infancia entre Amecameca, Yecapixtla, Panoaya —donde su abuelo tenía una hacienda— y Nepantla. Allí aprendió náhuatl con los esclavos de las haciendas de su abuelo, donde se sembraba trigo y maíz. El abuelo de Sor Juana murió en 1656, por lo que su madre tomó las riendas de las fincas.[15] Asimismo, aprendió a leer y escribir a los tres años al tomar las lecciones con su hermana mayor a escondidas de su madre.[16]
Pronto inició su gusto por la lectura, pues descubrió la biblioteca de su abuelo y así se aficionó a los libros.[17] Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento. Su afán de saber era tal que intentó convencer a su madre de que la enviase a la Universidad disfrazada de hombre, puesto que las mujeres no podían acceder a ésta.[18] Se dice que al estudiar una lección, cortaba un pedazo de su propio cabello si no la había aprendido correctamente, pues no le parecía bien que la cabeza estuviese cubierta de hermosuras si carecía de ideas.[19] A los ocho años, entre 1657 y 1659, ganó un libro por una loa compuesta en honor al Santísimo Sacramento, según cuenta su biógrafo y amigo Diego Calleja.[20] Éste señala que Juana Inés radicó en la ciudad de México desde los ocho años, aunque se tienen noticias más veraces de que se asentó allí hasta los trece o quince.[21
Adolescencia
Juana Inés vivió con María Ramírez, hermana de su madre, y con su esposo Juan de Mata. Posiblemente haya sido alejada de las haciendas de su madre a causa de la muerte de su medio hermano, o bien, de su abuelo materno. Aproximadamente vivió en casa de los Mata unos ocho años, desde 1656 hasta 1664. Entonces comienza su período en la corte, que terminará en su ingreso a la vida religiosa.
Entre 1664 y 1665, ingresó a la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera. La virreina, Leonor de Carreto, se convirtió en una de sus más importantes mecenas. El ambiente y la protección de los virreyes marcarán decisivamente la producción literaria de Juana Inés. Por entonces ya era conocida su inteligencia y su sagacidad, pues se cuenta que, por instrucciones del virrey, un grupo de sabios humanistas la evaluaron, y la joven superó el examen en excelentes condiciones.[23]
La corte virreinal era uno de los lugares más cultos e ilustrados del virreinato. Solían celebrarse fastuosas tertulias a las que acudían teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores y todo tipo de humanistas, en su mayoría egresados o profesores de la Real y Pontificia Universidad de México. Allí, como dama de compañía de la virreina, la adolescente Juana desarrolló su intelecto y sus capacidades literarias. En repetidas ocasiones escribía sonetos, poemas y elegías fúnebres que eran bien recibidas en la corte. Chávez señala que a Juana Inés se le conocía como "la muy querida de la virreina", y que el virrey también le tenía un especial aprecio. Leonor de Carreto fue la primera protectora de la niña poetisa.
Poco se conoce de esta etapa en la vida de Sor Juana, aunque uno de los testimonios más valiosos para estudiar dicho período ha sido la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz.[24] Esta ausencia de datos ha contribuido a que varios autores hayan querido recrear, de manera casi novelesca, la vida adolescente de Sor Juana, suponiendo muchas veces la existencia de amores no correspondidos.[25]
Período de madurez
A finales de 1666 llamó la atención del padre Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, quien, al saber que la jovencita no deseaba casarse, le propuso entrar en una orden religiosa.[26] Aprendió latín en veinte lecciones impartidas por Martín de Olivas y probablemente pagadas por Núñez de Miranda.[27] [28] Después de un intento fallido con las carmelitas, cuya regla era de una rigidez extrema que la llevó a enfermarse, ingresó en la
Orden de San Jerónimo, donde la disciplina era algo más relajada, y tenía una celda de dos pisos y sirvientas.[29] Allí permaneció el resto de su vida, pues los estatutos de la orden le permitían estudiar, escribir, celebrar tertulias y recibir visitas, como las de Leonor de Carreto, que nunca dejó su amistad con la poetisa.[30]
Muchos críticos y biógrafos atribuyeron su salida de la corte a una decepción amorosa, aunque ella muchas veces expresó no sentirse atraída por el amor y que sólo la vida monástica podría permitirle dedicarse a estudios intelectuales.[31] Se sabe que Sor Juana recibía un pago de la Iglesia por sus villancicos, como también lo obtenía de la Corte al preparar loas u otros espectáculos.[32]
Entre 1671 y 1672 enfermó gravemente de tifo, lo que casi le cuesta la vida.[33] En 1674 sufre otro golpe: el virrey de Mancera y su esposa son relevados de su cargo y en Tepeaca, durante el trayecto a Veracruz, fallece Leonor de Carreto. A ella dedicó Sor Juana varias elegías, entre las que destaca "De la beldad de Laura enamorados", seudónimo de la virreina. En este soneto demuestra su conocimiento y dominio de las pautas y tópicos petrarquistas imperantes.[34]
En 1680 se produce la sustitución de fray Payo Enríquez de Rivera por Tomás Antonio de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna al frente del virreinato. A Sor Juana se le encomendó la confección del arco triunfal que adornaría la entrada de los virreyes a la capital, para lo que escribió su famoso Neptuno alegórico. Impresionó gratamente a los virreyes, quienes le ofrecieron su protección y amistad, especialmente la virreina María Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, quien fue muy cercana a ella: la virreina poseía un retrato de la monja y un anillo que ésta le había regalado y a su partida llevó los textos de Sor Juana a España para que se imprimieran.[35]
Su confesor, el jesuita Antonio Núñez de Miranda, le reprochaba que se ocupara tanto de temas mundanos, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste. Bajo la protección de la marquesa de la Laguna, decidió rechazarlo como confesor.[36]
El gobierno del marqués de la Laguna (1680-1686) coincide con la época dorada de la producción de Sor Juana. Escribió versos sacros y profanos, villancicos para festividades religiosas, autos sacramentales (El divino Narciso, El cetro de José y El mártir del sacramento: San Hermenegildo) y dos comedias (Los empeños de una casa y Amor es más laberinto. También sirvió como administradora del convento, con buen tino, y realizó experimentos científicos.[37]
Entre 1690 y 1691 se vio involucrada en una disputa teológica a raíz de una crítica privada que realizó sobre un sermón del muy conocido predicador jesuita António Vieira, que fue publicada por el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz bajo el título de Carta Atenagórica y la prologó con el seudónimo de Sor Filotea, recomendándole que dejara de dedicarse a las "humanas letras" y se dedicase en cambio a las divinas, de las cuales, según el obispo de Puebla, sacaría mayor provecho.[38] Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito Respuesta a Sor Filotea, donde hace una encendida defensa de su labor intelectual y en la que reclamaba los derechos de la mujer a la educación.[37] 
Última etapa
Para 1692 y 1693 comienza el último período de la vida de Sor Juana. Sus amigos y protectores han muerto: el conde de Paredes, Juan de Guevara y diez monjas del Convento de San Jerónimo. Las fechas coinciden con una agitación de la Nueva España; se producen rebeliones en el norte del virreinato, la muchedumbre asalta el Real Palacio y las epidemias se ceban con la población novohispana.[39]
En la poetisa ocurre un extraño cambio: hacia 1693 deja de escribir y parece dedicarse más labores religiosas. Hasta la fecha no se conoce con precisión el motivo de tal cambio; los críticos católicos han visto en Sor Juana una mayor dedicación a las cuestiones sobrenaturales y una entrega mística a Jesucristo, sobre todo a partir de la renovación de sus votos religiosos en 1694.[40] [41] Otros, en cambio, adivinan una conspiración misógina tramada en su contra, tras la cual fue condenada a dejar de escribir y se le obligó a cumplir lo que las autoridades eclesiásticas consideraban las tareas apropiadas de una monja.[42] [43] No han existido datos concluyentes, pero sí se han avanzado en investigaciones donde se ha descubierto la polémica que causó la Carta atenagórica.[44] [45] [4 Su propia penitencia queda expresada en la firma que estampó en el libro del convento: "yo, la peor del mundo", que se ha convertido en una de sus frases más célebres. Poco antes de su muerte fue obligada por su confesor (Núñez de Miranda, con quien se había reconciliado) a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos, los cuales se vendieron para ayudar a los pobres.
A principios de 1695 se desató una epidemia de peste que hizo estragos en toda la capital, pero especialmente en el Convento de San Jerónimo. De cada diez religiosas enfermas, nueve morían. El 17 de febrero falleció Núñez de Miranda. Sor Juana cae enferma poco tiempo más tarde, pues colaboraba cuidando a las monjas enfermas. A las cuatro de la mañana del 17 de abril, cuando tenía cuarenta y tres años, murió Juana Inés de Asbaje y Ramírez.[47]
Fue enterrada en el coro bajo de la iglesia de San Jerónimo, aunque durante mucho tiempo se desconoció el paradero de su tumba. En 1978, durante unas excavaciones rutinarias en el centro de la Ciudad de México, se hallaron sus supuestos restos, a los se dio gran publicidad. Se realizaron varios eventos en torno al descubrimiento, aunque nunca pudo corroborarse su autenticidad. Actualmente se encuentran en el Centro Histórico de la Ciudad de México, entre las calles de Isabel la Católica e Izazaga.

Características de su obra

Compuso gran variedad de obras teatrales. Su comedia más célebre es Los empeños de una casa, que en algunas de sus escenas recuerda a la obra de Lope de Vega. Otra de sus conocidas obras teatrales es Amor es más laberinto,
donde fue estimada
por su creación de caracteres, como Teseo, el héroe principal. Sus 
tres autos
sacramentales revelan el lado teológico de su obra:
El mártir del sacramento —donde
mitifica a San Hermenegildo—, El cetro de José y El divino Narciso
escritas para ser
representadas en la corte de Madrid.
También destaca su lírica, que aproximadamente suma la mitad de su
producción; poemas amorosos en la que la decepción es un recurso muy socorrido,
poemas de vestíbulo y composiciones ocasionales en honor a personajes de la
época. Otras obras destacadas de Sor Juana son sus villancicos
y el tocotín,
especie de derivación de ese género que intercala pasajes en dialectos nativos
Sor Juana también escribió un
tratado de música llamado El caracol, que no ha sido hallado, sin
embargo ella lo consideraba una mala obra y puede ser que debido a ello no
hubiese permitido su difusión.[48]
Según ella, casi todo lo que había escrito lo hacía por encargo y la única
cosa que redactó por gusto propio fue Primero
sueño. Sor Juana realizó —por encargo de la condesa de Paredes— unos
poemas que probaban el ingenio de sus lectores —conocidos como
"enigmas"—, para un grupo de monjas portuguesas aficionadas a la
lectura y grandes admiradoras de su obra, que intercambiaban cartas y formaban
una sociedad a la que dieron el nombre de Casa del placer. Las copias
manuscritas que hicieron estas monjas de la obra de Sor Juana fueron
descubiertas en 1968
por Enrique Martínez López en la Biblioteca de Lisboa.[49]

Estilo

El estilo predominante de sus obras es el barroco; Sor Juana era muy dada a hacer retruécanos, a verbalizar sustantivos y a sustantivar verbos, a acumular tres adjetivos sobre un mismo sustantivo y repartirlos por toda la oración, y otras libertades gramáticas que estaban de moda en su tiempo. Asimismo es una maestra en el arte del soneto y en el concepto barroco. La lírica de Sor Juana, testigo del final del barroco hispano, tiene al alcance todos los recursos que los grandes poetas del Siglo de Oro emplearon en sus composiciones. A fin de darle un aire de renovación a su poesía, introduce algunas innovaciones técnicas y le imprime su muy particular sello. La poesía sorjuanesca tiene tres grandes pilares: la versificación, alusiones mitológicas y la hipérbaton.[55] Varios eruditos, especialmente Tomás Navarro Tomás, han concluido que Sor Juana consigue un innovador dominio del verso que recuerda a Lope de Vega o a Quevedo. La perfección de su métrica entraña, sin embargo, un problema de cronología: no es posible determinar qué poemas fueron escritos primero en base a cuestiones estilísticas.[56] En el campo de la poesía Sor Juana también recurrió a la mitología como fuente, al igual que muchos poetas renacentistas y barrocos. El conocimiento profundo que poseía la escritora de algunos mitos provoca que algunos de sus poemas se inunden de referencias a estos temas. En algunas de sus más culteranas composiciones se nota más este aspecto, pues la mitología era una de las vías que todo poeta erudito, al estilo de Góngora, debía mostrar.[57] Por otro lado, el hipérbaton, recurso muy socorrido en la época, alcanza su esplendor en El sueño, obra repleta de sintaxis forzadas y de formulaciones combinatorias. Rosa Perelmuter apunta que en Nueva España la monja de San Jerónimo fue quien llevó a la cumbre la literatura barroca.[58] La obra sorjuanesca es expresión característica de la ideología barroca: plantea problemas existenciales con una manifiesta intención aleccionadora, los tópicos son bien conocidos y forman parte del "desengaño" barroco. Se presentan, además, elementos como el carpe diem, el triunfo de la razón frente a la hermosura física y la limitación intelectual del ser humano.[59] La prosa sorjuanesca está conformada por oraciones independientes y breves separadas por signos de puntuación —coma, punto y punto y coma— y no por nexos de subordinación. Predomina, pues, la yuxtaposición y la coordinación
La escasa presencia de
oraciones subordinadas en periodos complejos, lejos de facilitar la
comprensión, la hace ardua, se hace necesario suplir la lógica de las
relaciones entre las sentencias, deduciéndola del sentido, de la idea que se
expresa, lo que no siempre es fácil. Su profundidad, pues, está en el concepto
a la vez que en la sintaxis. 
REDONDILLAS Hombres necios que acusáis a la mujer, sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis; si con ansia sin igual solicitáis su desdén, por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal? Combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco, al niño que pone el coco y luego le tiene miedo. Queréis, con presunción necia, hallar a la que buscáis para pretendida, Thais, y en la posesión, Lucrecia. ¿Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo y siente que no esté claro? Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión, ninguna gana, pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, es liviana. Siempre tan necios andáis que, con desigual nivel, a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis. ¿Pues como ha de estar templada la que vuestro amor pretende?, ¿si la que es ingrata ofende, y la que es fácil enfada? Mas, entre el enfado y la pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere y quejaos en hora buena. Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada, o el que ruega de caído? ¿O cuál es de más culpar, aunque cualquiera mal haga; la que peca por la paga o el que paga por pecar? ¿Pues, para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis. Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusaréis la afición de la que os fuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntáis diablo, carne y mundo.
          Primero sueño
  Piramidal, funesta, de la tierra
nacida sombra, al Cielo encaminaba
de vanos obeliscos punta altiva,
escalar pretendiendo las Estrellas;
si bien sus luces bellas                       5
--exentas siempre, siempre rutilantes--
la tenebrosa guerra
que con negros vapores le intimaba
la pavorosa sombra fugitiva
burlaban tan distantes,                       10
que su atezado ceño
al superior convexo aun no llegaba
del orbe de la Diosa
que tres veces hermosa
con tres hermosos rostros ser ostenta,        15
quedando sólo o dueño
del aire que empañaba
con el aliento denso que exhalaba;
y en la quietud contenta
de imperio silencioso,                        20
sumisas sólo voces consentía
de las nocturnas aves,
tan obscuras, tan graves,
que aun el silencio no se interrumpía.
Sor Juana Inés de la Cruz

Preguntas de aplicación:

1- ¿Cómo fueron la infancia y la adolescencia de Sor Juana?
2- Describe las principales características de su estilo literario.
3- ¿Por qué Sor Juana se adelanta a su tiempo?

miércoles, 28 de marzo de 2012

módulo 8. Romanticismo

Romanticism

Lord Byron’s conception of beauty.


Police. Every breath you take.




Every breath you take a
and every move you make a
Every bond you break a
Every step you take, a
I'll be watching you
Every single day b
and every word you say b
Every game you play b
Every night you stay, b


I'll be watching you
Oh can't you see
you belong to me?
How my poor heart aches
with every step you take
Every move you make
and every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake,
I'll be watching you
Since you've gone I've been lost without a trace
I dream at night
I can only see your face
I look around but it's you I can't replace
I feel so cold and I long for your embrace
I keep crying baby, baby please

Oh can't you see you belong to me?
How my poor heart aches with every step you take
Every move you make
And every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake, I'll be watching you
Every move you make
Every step you take, I'll be watching you, I'll be watching you
Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take, I'll be watching you
Every single day
Every word you say
Every game you play
Every night you stay, I'll be watching you
Every move you make
Every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake, I'll be watching you
Every single day
Every word you say
Every game you play
Every night you stay, I'll be watching you
Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take, I'll be watching you
Every single day
Every word you say
Every game you play
Every night you stay, I'll be watching you
Every move you make
Every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake, I'll be watching you
Every single day
Every word you say
Every game you play
Every night you stay, I'll be watching you
Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take, I'll be watching you


SHE WALKS IN BEAUTY
by: George Gordon (Lord) Byron (1788-1824)



SHE walks in beauty, like the night a 1
Of cloudless climes and starry skies; b 2
And all that's best of dark and bright a 3
Meet in her aspect and her eyes: b 4
Thus mellow'd to that tender light a 5
Which heaven to gaudy day denies. B 6 metonymy

One shade the more, one ray the less, c 7
Had half impair'd the nameless grace d 8
Which waves in every raven tress, c 9
Or softly lightens o'er her face; d 10
Where thoughts serenely sweet express c 11
How pure, how dear their dwelling-place. d 12 metaphor

And on that cheek, and o'er that brow, e 13
So soft, so calm, yet eloquent, f 14
The smiles that win, the tints that glow, e 15
But tell of days in goodness spent, f 16
A mind at peace with all below, e 17
A heart whose love is innocent! f 18
Romanticism (or the Romantic Era) was a complex artistic, literary, and intellectual movement that originated in the second half of the 18th century in Europe, and gained strength in reaction to the Industrial Revolution.[1] In part, it was a revolt against aristocratic social and political norms of the Age of Enlightenment and a reaction against the scientific rationalisation of nature.[2] It was embodied most strongly in the visual arts, music, and literature, but had a major impact on historiography,[3] education[4] and natural history.[5]
The movement validated strong emotion as an authentic source of aesthetic experience, placing new emphasis on such emotions as trepidation, horror and terror and awe—especially that which is experienced in confronting the sublimity of untamed nature and its picturesque qualities, both new aesthetic categories. It elevated folk art and ancient custom to something noble, made of spontaneity a desirable character (as in the musical impromptu), and argued for a "natural" epistemology of human activities as conditioned by nature in the form of language and customary usage.
Romanticism reached beyond the rational and Classicist ideal models to elevate a revived medievalism and elements of art and narrative perceived to be authentically medieval, in an attempt to escape the confines of population growth, urban sprawl, and industrialism, and it also attempted to embrace the exotic, unfamiliar, and distant in modes more authentic than Rococo chinoiserie, harnessing the power of the imagination to envision and to escape.
The modern sense of a romantic character may be expressed in Byronic ideals of a gifted, perhaps misunderstood loner, creatively following the dictates of his inspiration rather than the mores of contemporary society.
Although the movement was rooted in the German Sturm und Drang movement, which prized intuition and emotion over Enlightenment rationalism, the ideologies and events of the French Revolution laid the background from which both Romanticism and the Counter-Enlightenment emerged. The confines of the Industrial Revolution also had their influence on Romanticism, which was in part an escape from modern realities; indeed, in the second half of the 19th century, "Realism" was offered as a polarized opposite to Romanticism.[6] Romanticism elevated the achievements of what it perceived as heroic individualists and artists, whose pioneering examples would elevate society. It also legitimized the individual imagination as a critical authority, which permitted freedom from classical notions of form in art. There was a strong recourse to historical and natural inevitability, a zeitgeist, in the representation of its ideas.

martes, 27 de marzo de 2012

módulo 9. Ricardo Palma y la tradición











Lima en la narrativa peruana contemporánea.



Objetivo: Familiarizar a los alumnos con el proceso de investigación a través de la aplicación crítica de ideas de dos importantes teóricos sobre el espacio urbano y el arte, extraídas de un artículo de nivel post-graduado.

La aplicación de dichos planteamientos teóricos se hará sobre textos de narrativa peruana contemporánea que de diversos modos reflejan el universo urbano y la problemática de nuestra ciudad.



Artículo:

“La ciudad latinoamericana como relato: construcción de narrativas urbanas desinhibidas”

Daniela Smith V.



Fuente: Psikeba. Revista de psicoanálisis y estudios culturales. Otoño, 2008.



Walter Benjamin. Reproducción, fragmentación, ciudadanos múltiples.



Desde aquí, un aspecto relevante será considerar la ciudad como dispositivo de reproducción y segmentación, ya que los objetos a conocer se multiplican y proliferan constantemente, lo que conlleva a una fragmentación de la vida social (paso a la división y multiplicación de las funciones del ciudadano). Es así como la figura estética de los pasajes –“centros para el comercio de mercancías de lujo” señalaría Benjamin - y de sus escaparates sirven como imagen de estas fragmentaciones, reproducciones y multiplicaciones, constituyéndose a su vez en “una ciudad, e incluso en un mundo en miniatura”.4 La ciudad y su configuración conllevarían a la duplicación no sólo de sus propias formas, sino a la creación de una variedad también múltiple de ciudadano (el trabajador-obrero, el vagabundo, el comerciante ambulante) y de prácticas cotidianas asociadas al habitar ciudadano.





Peter Sloterdijk.

Densidad.



Comprender esta ciudad desde una óptica que la sugiera como un espacio de relieves, matices y desórdenes -en el que no se busque paliar el caos- significará saber de qué “materiales” está construida aquella ciudad. En esta dirección, Sloterdijk aporta un concepto que permite ir desplegando los componentes de la ciudad y los movimientos de esta: la idea de densidad, entendiéndola como un rasgo distintivo de la globalidad ya establecida y concretamente como una “proximidad forzosa” que permite el encuentro entre agentes mediante transacciones, colisiones o casi colisiones16. El accionar de las telecomunicaciones al interior del sistema globalizado capitalista se ancla sobre la base de la cooperación mutua, lo que termina transformándose en una “inhibición mutua” que densa y filtra las tentativas unilaterales innovadoras que pudiesen ocasionar algún daño al colectivo.



Marginalidad.



De la misma ciudad-control entendida como dispositivo del poder tanto estatal (que promueve el orden y las regulaciones), como económico (que regula la producción) surge la marginalidad; la ciudad como espacio siempre posible de transgresión del orden (el crimen económico, en el que encontramos la figura del comerciante ambulante, que vende al margen de toda regulación económica en las calles) como posibilidad de re-configuración de los espacios (las tomas de terreno, la ocupación de casas abandonadas, las colonias extranjeras que conforman sus propios barrios, resignificando los espacios citadinos, la vida de personajes ambulantes que hacen de las calles céntricas y los pórticos de los edificios públicos su hogar nocturno).



Reformulación del espacio.



En el contexto latinoamericano, la consideramos la ciudad re-inventada e intervenida, donde es el sujeto autorreconocido como habitante –quizás sería un error llamarlo ciudadano- transforma el espacio para sí, subjetivizándolo, creando sus propios entornos y lugares de “autocobijo”. Con esto no pretendemos referirnos necesariamente al artista ni al espacio que ocuparía una supuesta obra de arte en la ciudad. Simplemente, hacemos referencia a la cotidiana y constante reformulación de los espacios transitados a diario por los habitantes, las reconstrucciones, las rehabilitaciones.





Textos de narrativa peruana contemporánea.



MarioVargas Llosa.



DESDE la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles,

edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la

neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas

merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios

de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos,

cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la Plaza San

Martín. El era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en

cuál?



(Conversación en la Catedral).



Salieron. Afuera los esperaba una atmósfera quieta, gris. Miguel respiró hondo; se sintió mejor. Caminaban adelante Francisco, el Melanés y Rubén. Atrás, Miguel y el Escolar. En la avenida Grau había algunos transeúntes; la mayoría, sirvientas de trajes chillones en su día de salida. Hombres cenicientos, de gruesos cabellos lacios, merodeaban a su alrededor y las miraban con codicia; ellas reían mostrando sus dientes de oro. Los pajarracos no les prestaban atención. Avanzaban a grandes trancos y la excitación los iba ganando, poco a poco.



(Día domingo).





Actividades.



1.¿Cómo describirías tu experiencia cotidiana en la ciudad de Lima? Si pudieses elegir ¿En qué ciudad el mundo te gustaría vivir? ¿Por qué?

2.¿Cómo se manifiesta la fragmentación a la que hace alusión Benjamin en la ciudad de Lima? ¿Qué tipo de ciudadanos produce?

3. ¿Cómo se manifiestan la "proximidad forzosa", la "inhibición mutua" y la "marginalidad" de la que habla Sloterdjik en la ciudad de Lima?

4. ¿Cómo se produce la reformulación y subjetivización del espacio en la ciudad y qué relación tendrían estos procesos con la literatura? ¿Es la literatura una actividad marginal? ¿Por qué?

5. Escribir un pequeño ensayo de por los menos 300 palabras (o media cara en Word, letra tamaño: 12) aplicando los conceptos teóricos de Benjamin y Sloterdijk a los textos de Ribeyro, Arévalo y Palma presentados a continuación.





Julio Ramón Ribeyro (1929-1994)



Desde entonces, los miércoles y los domingos, Efraín y Enrique hacían el trote hasta el muladar. Pronto formaron parte de la extraña fauna de esos lugares y los gallinazos, acostumbrados a su presencia, laboraban a su lado, graznando, aleteando, escarbando con sus picos amarillos, como ayudándoles a descubrir la pista de la preciosa suciedad.



(Gallinazos sin plumas).



Javier Arévalo.

Javier Enrique Arévalo Piedra (Lima 1965) es escritor, periodista, fotógrafo, editor. Promovió en el Perú la fijación de una política de Estado que estableció una meta nacional de lectura de un libro al mes para alumno y maestro. Es autor de las novelas "Nocturno de ron y gatos", "El beso de la flama" editada por Opera Prima en España y traducida al portugués con el título O´Beijo Da Chama.

Además es autor de las novelas "Instrucciones para atrapar a un ángel", "Él cazaba halcones", "Vértigo bajo la luna llena" y "Gracias, señor por tu venganza" Tiene cuatro colecciones de cuentos; "Una trampa para el comandante", "Previo al silencio", "El galeón imaginado" y "Una línea hacia tu corazón" y una novela para niños "El misterio del pollo en la batea" además de dos libros para periodistas: "La entrevista" y "Periodismo y Literatura". Es director del Proyecto Recreo organización que busca crear condiciones sociales favorables para que los niños desarrollen el gusto por la lectura en el Perú. Ha sido redactor principal del diario El Comercio, y fundador y editor de la Revista Detalles.



Bajó por la avenida San Felipe, subió, volvió a bajar, ahora por la alameda sin vereda. Se le humedecieron los botines de gamuza con la frescura del pasto. Luego, sentado sobre cualquier murito de jardín, vio que furtivas cabezas se asomaban, preocupadas, a ventanas super azules de pura radiación televisiva. Vigilaban su sospechosa presencia creyendo que él no los veía. Pero David los veía y los torturaba quedándose un poco más, mirándolos de vez en cuando directamente a la cara, para que pensaran que podía volver con una escopeta recortada o con un hacha filuda con la que no les dejaría una sola extremidad sujeta al torso.



(Lateando).





Ricardo Palma y la tradición como género literario.







Ricardo Palma nació en Lima el 7 de febrero de 1833. Fue hijo de Pedro Palma Castañeda y de doña Guillermina Soriano Carrillo. Su madre era una mestiza con raíces africanas de Cañete. Desde joven tiene escarceos con la política desde el bando de los liberales, lo cual le lleva a participar en una conjura fallida contra el presidente Ramón Castilla que resulta en su destierro a Chile durante tres años. La política le deparará los cargos de Cónsul del Perú, Senador por Loreto y funcionario del Ministerio de Guerra y Marina.

Pero fueron las letras la actividad en la que se destacó. Desde temprano empieza a escribir poesía y piezas teatrales, asimismo a realizar colaboraciones en periódicos del Perú. Tiene una gran presencia en la prensa satírica, en la que es un prolífico columnista y uno de los baluartes de la sátira política peruana del Siglo XIX. Empieza colaborando en la hoja satírica El Burro para ser posteriormente uno de los principales redactores de La Campana. Más adelante funda la revista La Broma.

También es un colaborador asiduo de publicaciones serias como El Mercurio, El Correo, La Patria, El Liberal, Revista del Pacífico y Revista de Sud América. También actúa como corresponsal de periódicos extranjeros durante la Guerra del Pacífico.

En 1872, se ve publicada la primera serie de su obra capital Tradiciones Peruanas.

A lo largo de su vida va publicando artículos históricos, trabajos de investigación como Anales de la Inquisición de Lima e incluso estudios lexicográficos sobre la variedad peruana del español.

El éxito cosechado por sus Tradiciones y su incansable que hacer intelectual lo convierten en una figura reconocida en vida no solamente en su país sino en todo el mundo de habla hispana, que lo acoge como uno de los escritores clásicos de prosa más amena del continente América|americano. Es miembro correspondiente de la Real Academia Española, la Real Academia de la Historia y de la Academia Peruana de la Lengua así como miembro honorífico de la Hispanic Society de Nueva York.

En 1881 participa en la defensa de Miraflores durante la batalla del mismo nombre el 15 de enero de 1881, en el Reducto Nº 2, al mando del coronel Ramón Ribeyro, donde las tropas invasoras luego de la batalla, incendiaron la ciudad incluyendo su casa y su biblioteca personal despues para ayudar a renovar la biblioteca fue de casa en casa pidiendo libros , y lo nombraron "El Bibliotecario Mendigo". En 1883, es nombrado director y restaurador de la Biblioteca Nacional del Perú.

Contrajo matrimonio con Cristina Román Olivier; siendo padre de varios hijos. Su hijo Clemente Palma fue un destacado escritor, autor de cuentos fantásticos, generalmente de terror e influidos por Edgar Allan Poe y su hija Angélica Palma fue una de las fundadoras del movimiento feminista peruano. Muere en la localidad limeña de Miraflores, en 1919.

Don Ricardo Palma estuvo en 2 oportunidades cerca de perder la vida; la primera fue en 1854 cuando trabajaba en un barco como contador de la armada peruana y este se hundió, como él no sabía nadar un marinero fanático de él lo salva; la segunda fue en el combate del 2 de mayo, cuando aún estaba en el ejército, él estaba en el torreón de La Merced bajo el mando de José Gálvez y éste lo manda en comisión de telégrafos y 2 minutos después de abandonar el torreón, éste es destruido por una bomba enemiga.







El Trome. Domingo 15 de mayo 2011 - 13:00

"Profeta de América": "Keiko será presidenta"

El famoso vidente brasileño pronosticó que Lima sufrirá un terremoto.



Reinaldo dos Santos, más conocido como “El Profeta de América”, pronosticó que la candidata de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, será la nueva presidenta del Perú el próximo 5 de junio.

Además, Dos Santos señaló que si no encuentran en diez días a Ciro Castillo, el joven desaparecido hace un mes en Arequipa, morirá.

“Les digo a sus familiares que no lo abandonen, que no pierdan la fe”, dijo en el programa Reporte Semanal de canal 2.

De otro lado, vaticinó que Lima sufrirá un terrible terremoto y un periodo de intensas lluvias en todo el país.

Cabe recordar que Dos Santos pronosticó el fatídico ataque a las torres gemelas en Nueva York, la victoria electoral de Alan García en el 2006 y la extradición al Perú del ex presidente Alberto Fujimori.





Tradiciones Peruanas www.infotematica.com.ar Las brujas de Ica

I

Tierra de buenas uvas y de eximias, brujas llamaban los antiguos limeños a la que, en este siglo, fue teatro de los milagros del venerable fray Ramón Rojas, generalmente conocido por el padre Guatemala, y sobre cuya canonización por Roma se trata con empeño.

Yo no creo en más hechizos que en los que naturalmente tiene una cara de buena moza. Toda mujer bonita lleva en sus ojos un par de diablitos familiares, que a nosotros los varones nos hacen caer en más de una tentación y en renuncios de grueso calibre.

Pero el pueblo iqueño es dado a crecer en lo sobrenatural, y ni con tiranas carretas se le hace entender que es mentira aquello de que las brujas viajan por los aires, montadas en cañas de escoba, y que hacen maleficios, y que leen, sin deletrear, en el libro del porvenir, como yo en un mamotreto del otro siglo.

Verdad es que la Inquisición de Lima contribuyó mucho a vigorizar la fama de brujas que disfrutaron las iqueñas. Ahí están mis Anales, donde figuran entre las penitenciadas muchas prójimas oriundas de la villa de Valverde, y de cuyas marrullerías no quiero ocuparme en este artículo, porque no digan que me repito como bendición de obispo.

II

El primer brujo que floreció en Ica (allá por los años de 1611) merecía más bien el título de astrólogo. Era blanco, de mediana estatura, pelo castaño, nariz perfilada, hablaba muy despacio y en tono sentencioso, y ejercía la profesión de curandero.

Era el Falb de su siglo; gran pronosticador de temblores y muy diestro en agorerías.

Parece que aun intentó escribir un libro, a juzgar por las siguientes líneas extractadas de una carta que dirigió a un amigo:

«Modo de conocer cuándo un año será abundante en agua. -Se observa el aspecto que presenta el cielo el 1º de enero en la tarde, y si éste es color caña patito será un buen año de agua».

Explica, además, la abundancia del agua, cuando no concurre aquella condición, como prerrogativa de los años bisiestos.

Califica también los años de solarios o lunarios, según la mayor o menor influencia del sol y la luna.

«¿Cómo se sabrá cuándo pueda declararse una epidemia?- Para esto -dice- no hay más que fijarse si en el mes de febrero se forman o no remolinos en el aire. En el primer caso es segura la peste, siendo de notarse que la viruela, por ejemplo, donde primero aparece es en las hojas de la parra».

No deja de ser curiosa la teoría del astrólogo iqueño sobre las lluvias. «Las nubes -decía- no son otra cosa que masas semejantes a una esponja que tienen la cualidad de absorber el agua. Estas esponjas se ponen en contacto con el mar, y satisfecha ya su sed, se elevan a las regiones superiores de la atmósfera, en donde los vientos las exprimen y cae el agua sobre la tierra». En cuanto a la gran cantidad de sapitos (ranas) que aparecen en Ica después de un aguacero, decía que eran debidos a que los gérmenes contenidos en las nubes se desarrollan antes de llegar a la tierra. Daba el nombre de penachería doble a toda aglomeración de nubes, y entonces el aluvión tomaba el calificativo de avenida macho.

Ello es que, como sucede a todos los charlatanes cuando se meten a explicar fenómenos de la naturaleza, ni él se entendía ni nadie alcanzaba a entenderlo, condiciones más que suficientes para hacerse hombre prestigioso.

«Sólo teniendo pacto con el diablo puede un mortal saber tanto», decía el pueblo, y todos en sus dolencias acudían a comprarle hierbas medicinales».





III

No porque las Cortes de Cádiz extinguieran en 1813 el tribunal de la Inquisición, desaparecieron de Ica las brujas. Pruebas al canto.

Hasta hace poco vivía mama Justa, negra repugnantísima, encubridora de robos y rufiana, muy diestra en preparar filtros amorosos, alfiletear muñecos y (¡Dios nos libre!) atar la agujeta. Mala hasta vieja la zangarilleja. Contra su sucesora ña Manonga Lévano no hubo más acusación formal de brujería que la de varias vecinas que juraron, por la Hostia consagrada, haberla visto volar convertida en lechuza.

La Lévano ejercía el oficio de comadrona. Llegaba a casa de la parturienta, ponía sobre la cabeza de ésta un ancho sombrero de paja, que ella decía haber pertenecido al arzobispo Perlempimpim, y antes de cinco minutos venía al mundo un retoño. No hubo tradición de que el sombrero mágico marrase.

Ña Dominguita la del Socorro vive aún, y todo Ica la llama bruja, sin que ella lo tome a enojo. Es una anciana, encorvada ya por los años, y que es el coco de los muchachos porque usa una especie de turbante en la cabeza. En el huertecito de su casa hay un arbolillo, que fue plantado por el padre Guatemala, el cual da unas florecitas color de oro, las que, según ña Dominguita, se desprenden el día de Cuasimodo; florecitas que poseen virtudes prodigiosas. Fue educada en el beaterio del Socorro, fundado en el siglo anterior por el dominico fray Manuel Cordero, cuyo retrato se conserva tras de la puerta de la capilla. Ña Dominguita odia todo lo que huele a progreso, y augura que el fierro-candil ha de traer mil desventuras a Ica. La víspera de la batalla de Saraja no sólo pronosticó el éxito, que para eso no necesitaba ser bruja, sino quo designó por sus nombres a los iqueños que habían de morir en ella. Sus palabras son siempre de doble sentido, y admira su ingenio para salir de atrenzos.

D. Jerónimo Illescas, vecino y natural de Ica, blanco, obeso y decidor, era lo que se entiende por un brujo aristocrático. Sabía echar las cartas como una francesa embaucadora. Ño Chombo Llescas, como lo llamaba el pueblo, tenía, hasta hace pocos años que murió, pulpería en la esquina de San Francisco, y vendía exquisitas salchichas confeccionadas por Tiburcio, negro borrachín a quien D. Jerónimo ocupaba en la cocina. El tal Tiburcio era también un tipo, pues había encontrado manera pan disculpar su constante embriaguez.

- ¡Negro! ¿Por qué estás borracho? -preguntábale algún caballero del lugar.

-Mi amo -contestaba Tiburcio-, ¿cómo no quiere su merced que me emborrache de gusto, si las salchichas me han salido deliciosas?

Si al día, siguiente era también reconvenido, contestaba:

-¡Ay, mi amo! ¿Cómo no me he de emborrachar de sentimiento, si las salchichas se me han echado a perder y están malísimas?

La fama de D. Jerónimo, como adivino, se había extendido de la ciudad al campo. Las indias, sobre todo, venían desde largas distancias y le pagaban un peso por consulta.

En Lima hay bobos que, por parecerse a Napoleón el Grande, pagan cuatro soles a la echadora de cartas.



IV

Como las brujas de Mahudes y Zugarramurdi, en España, son famosas en Ica las de Cachiche, baronía, condado o señorío de un amigo. Cachichana y bruja son sinónimos. Nadie puede ir a Cachiche, en busca de los sabrosos dátiles que ese lugar produce, sin regresar maleficiado.

Contribuye también al renombre de Cachiche la excelencia de los higos de sus huertas. Esos higos son como los de Vizcaya, de los que se dice que, para ser buenos, han de tener cuello de ahorcado, ropa de pobre y ojo de viuda; esto es, cuello seco, cáscara arrugadita y extremidad vertiendo almíbar.

Sigamos con las brujas de Cachiche.

Para no pecar de fastidiosos, vamos a hablar únicamente de Melchorita Zugaray, la más famosa hechicera que Cachiche ha tenido en nuestros tiempos.

El laboratorio o sala de trabajo de esta picarona era un cuarto con puerta de pellejo, y en el fondo obscuro de las paredes destacábase un lienzo blanco, sobre el cual proyectaban rayos de luz atravesando agujeros convenientemente preparados en el techo.

El que venía a consultarse con Melchora sobre alguna enfermedad, era conducido al laboratorio, donde después de ciertas ceremonias cabalísticas, lo colocaba la bruja frente al cuadro luminoso y lo interrogaba mañosamente sobre su vida y costumbres, sin descuidar todo lo relativo a amigos y enemigos del paciente. Cortábale en seguida un trozo del vestido o un mechón de pelo, citándolo para el siguiente día a fin de sacar muñeco. Concurría el enfermo, llevábalo Melchora al campo o a algún corral y desenterraba una figurilla de trapo, claveteada de alfileres. Pagaba la víctima una buena propina, y si no sanaba era porque había ocurrido tarde a la ciencia de la hechicera.

Otros, sobre todo las mujeres celosas y los galanes desdeñados, buscaban a Melchora para que los pusiese en relación íntima con el diablo. Vestíase la bruja de hombre, y acompañada del solicitante, encaminábase al monte, donde entre otros conjuros para evocar al Maligno (¡Jesús tres veces!) empleaba el siguiente:

«Patatín, patatín, patatín,

calabruz, calabruz, calabruz,

no hay mal que no tenga fin,

si reniego de la cruz».

Por supuesto que el diablo se hacía el sordo, y la bruja, que previamente había recibido la pitanza, daba por terminado el sortilegio, diciendo que si Pateta no se presentaba era porque la víctima tenía miedo o falta de fe.

V

No hace cuatro años que los tribunales de la República condenaron a unos infelices de la provincia de Parapaca por haber quemado a una bruja, y creo que más recientemente se ha repetido la escena de la hoguera en otros pueblos del Sur.

En cuanto a Ica, consta en uno de los números de El Imparcial, periódico que en 1873 se publicaba en esa ciudad, que una pobre mujer de Pueblo Nuevo fue atada a un árbol por un hombre, el que la aplicó una terrible, azotaina en castigo de haberlo maleficiado. Cosa idéntica se había realizado en 1860 con Jesús Valle, negra octogenaria y esclava de los antiguos marqueses de Campoameno, a la que costó gran trabajo impedir que los peones de una hacienda la convirtiesen en tostón.

VI

Y para concluir con las brujas de Ica, que ya este artículo va haciéndose más largo de lo que conviene, referiré, el porqué José Cabrera el Chirote conquistó en Ica fama de catedrático en brujería.

Aconteció que la conjunta de un amigo de éste sintiose acometida de los dolores de parto, y mientras el marido fue en busca de comadrona, quedose el Chirote en la casa al cuidado de la mujer. Ésta chillaba y hacía tantos aspavientos, que Cabrera, a quien apestaban los melindres, la arrimó un bofetón de cuello vuelto. Recibirlo y dar a luz un muchacho fue asunto de dos segundos.

El marido, la matrona y las vecinas calificaron de brujo a ño Cabrera, y hoy mismo no hay quien le apee el mote de Chirote el brujo, a lo cual contesta él con mucha flema:

-Merecido lo tengo. Eso he ganado por haberme metido a hacer un bien



1- ¿Cuál es la posición del narrador con respecto a al brujería?

2- ¿Crees en lo sobrenatural?

3- ¿Cómo describirías la prosa de Ricardo Palma?