martes, 15 de marzo de 2011

Creación literaria

Módulo de Creación Literaria-Alumnos del tercer ciclo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Peruana de las Américas.

El presente módulo pretende exponer algunos trabajos de creación literaria de los alumnos que tomaron el curso de Literatura Peruana y Latinoamericana en el ciclo 2011-I en la Universidad Peruana de las Américas.
Así mismo recoge los textos de dos amigas amantes de la literatura: Belce y Maripoza Negra, así como un cuento mío: El Hermafrodita, que recibiera una mención honrosa en la edición del 2008 del Concurso de las Mil Palabras de la Revista Caretas.
Agradezco a los que llevaron el curso así como a los que nos han seguido a través del blog.
Espero también sus sugerencias y comentarios a fin de ir mejorándolo cada vez más.
Un abrazo muy fuerte desde Lima, la Ciudad Horrible del cielo eternamente gris y de las combis asesinas.

Martin Cervetto.




Rodrigo Franco Rojas Romero


Eres Eterna

Al empezar deseo descansar, ver tu eterna belleza
La noche es oscura como nuestras pieles
El alma es como la luz del alba de cada día, mas clara aun
tus cabellos hermosas plantas de enredaderas que crecen cuando piensas

Cuando la luna brille igual que tus ojos hermosos, veré tu eternidad
Noctámbulo caminando en las tablas de las letras descriptivas
Tu tienes el paraíso en tus labios, en tus manos, veré tu eternidad
me hacen falta tus apreciativas miradas y tu alegre sonrisa que me contagiabas
-.-Eterno recuerdo del cual me acuerdo para que sea eterno
-.-Yo camino y trato de llegar a tus pasos, no lo has notado
yo trato de sacarte una sonrisa y que la brisa sea eterna, como el recuerdo que llevo
Yo no quise esta vida, pero si no la hubiera tenido no te hubiera conocido

Combatiendo con leones, lobos, zorros carroñeros, lucho con ellos cada día
Pero en ti siento descanso, descanso de luchar conmigo mismo, en cada mensaje de corazón
Deseo que no cambies, deseo ver tu eternidad, tu eterna belleza, eres eterna.


José Cruzado Gamboa.

Te encuentro...

Te encuentro en cada uno de mis pensamientos que musicalizados entre pantallas de teclas y blanco son enviados a mi palabra muda, tu aparición es espontánea, entre mil bocas andabas y ahora te siento callada entre dientes de niños con revólver, tus labios que alguna vez conocí ahora se han convertido en tus ojos, sorprendiendo a las ciegas lunas maternas su fragmento de luz, agua.
Te encuentro y te dejas encontrar entre la madera y el vidrio, sueles prevenir tu aparición ocular, condensando Nilos y vapores, provocas en los hombres los más elocuentes errores que a mi pesar en un video estarían, ladrarían las flores también en aquellos que coinciden en hablar de nuestras falencias, muerde a veces el viento cuando impulsas de atracción sincopada las fuentes, los futuros de mi pasado ignorado.
Desapareces perennizando tu esencia indecisa, maniobras en las columnas mitológicas frazadas que Dios usó para condimentar mi estaca facturada durante la danza realizada por tu cuerpo, sin saber que eras tú, materializas del lapislázuli rojo su fruta más empática, fragmentas al Egeo en mí, de tus ojos se desprenden brazos que escarban en los míos, quieren al parecer encontrarte ahí creándote más luz en mis pensamientos.


Lizzi Guzmán



“Misterios del amor”


¿Amor? En ese nombre corren navíos de madera
Rodeados por enjambres de fuego rojo hirviendo,
Y en cada letra llevan el sabor agridulce que envenena
Cada una de sus espinas que hay en su interior hiriendo

El amor llego a ser una mirada,
Un frenesí de besos,
Una lujuria de sentimientos
Fue un instante sin fin, sin tiempo para soñar.

Pero el sol en la neblina se encargó de disolver
Y como besando la muerte
Los misterios del amor no se pueden resolver

Y de nuevo recordarás el amor que trajiste,
Amor de sombra y agua con silencio,
Amor como una piedra con espuma que dejo hiriendo.


La rutina
La rutina mata, pero más te mata seguirla, es como si tu mundo girara en torno a ella, encerrándote cada vez en su túnel sin salida. La rutina se convierte en un mar sin fondo, en un mar lleno de aire. Y tú atrapado como un pájaro enjaulado comiendo de su mano para así pronto devorarte y saciarse de ti, como un dulce sabor a lila, que te conlleva cada vez a la muerte, y así seguir en la rutina.



Walter Espinoza.


Servidumbre a un ídolo

Hoy soy una persona nueva:
me he atado una cadena en el cuello,
me he vestido con ropas que detesto,
me he arrodillado y he destrozado
mis rodillas de tanto caminar así.
He andado miles de kilómetros en busca
de algo que quizá ni te gusta.
Me he vuelto tu vocero,
tu guardián, tu mayordomo,
tu perrito faldero.
Recibo órdenes sin chistar.
Nunca expreso mi opinión, sólo me queda
ofrecer un asentimiento innatural.
¡Me he vuelto el sirviente ideal
de cualquier gamonal!
(¡¡¡¡Una oferta única, llame ya!!!)
Vivo pendiente de ti,
tratando de eliminar lo que no te gusta,
y habré de reconfigurarme
con premura, como sea preciso,
para que mi presencia no te produzca malestar.
La responsabilidad de tus penas, de tus fastidios,
tus malhumores, me ofrecí,
sin pensarlo dos veces, a cargar.
Mi cabeza gacha siempre habrás de observar,
en parte por servidumbre,
en parte por el temor que os tengo,
y es que tengo la costumbre
de humillarme, pues me siento indigno
y despreciado por tus gestos,
tu mirada, tu dulce voz, tus labios, etc.,
gestos que amo y que me señalan
que no hago las cosas bien.
Esclavitud voluntaria.
Remedo de mí mismo,
retazos de humanidad,
caricatura viviente,
gestos, salud preocupante,
destello de pateticidad.
Modifiqué, indiscriminadamente,
en forma violenta y exigente,
el pobre trozo de barro de mi cuerpo.
Todo por un ídolo de carne.
Porque hasta ahora sigo soñando de manera obsesiva.
Envidio sobremanera a los órganos de tu cuerpo:
quiero serte útil, quiero serte importante.
Una tarjeta de expansión que contenga
el último programa necesario
para completar tu felicidad.
Pero miren nada más.
Qué buen chiste.
Un remedo de persona queriendo serle útil a otra persona.
Lo que es defectuoso, se bota.
¿Por eso no gozo de tu afecto?


Kenia Vasquez



Hoy después de

Hoy

Después de

tiempo su alma vino a mí
temblando con ansias

que por él seran calmadas
me hizo entender sin querer

que aún NO,
no estoy sola, hay muchos que me
siguen
y sienten como yo siento
en este muro inmundo voy
reflexionando con lentitud
ejecutando rápidamente su elección
dejando de lado sus emociones yendo por el... camino allí con claridad.


Adriano Canayo


la noche
Mirando al pasado un momento…..y se siente un sonido De melancolía en el reggae que estoy escuchando ahora. Ella triste y a la vez feliz, eso es lo que percibí….una noche tan cálida en un invierno triste…..aunque el invierno fue duro con ella, aún sonríe. Una noche con tantas estrellas que le dan esperanza, entonces ella sonríe. Una noche tan cálida en un invierno triste……. Esa noche que a veces se confunde con tristeza, se define con sus estrellas, la luna llena con su magia que hacen fuego hipnotizante para una hermosa noche. Una buena amiga, un amor susurrante, un cielo abierto a tristezas y a tus secretos, ella es la noche. Una buena amiga, y aunque esté triste siempre encontrará la salida. Pues la tristeza se va al igual que el invierno, con el tiempo.

Si te veo triste

Camino una noche entre tanto ruido. Salgo al camino del olvido a tratar de recodar, donde es que está mi destino, y donde sentí que era la realidad. Mi vida partida en recuerdos ahora está, y no sé como armarla. Ya no Recuerdo cómo se sentía mirar el cielo, la brisa y el mar juntos en un revuelo de tranquilidad despertando mis sentidos, hacía esa camino que ya no recuerdo. Y ahora sigo alejándome del ruido entre tantos árboles y arena, levanté la mirada para dar un soplo de alivio y sigo, camino ya distraído mirando lagunas de recuerdos lagunas que alimentan a esos árboles, que al parecer son tan grandes que taparon el cielo, pues el sol y la nubes se borraron en mis recuerdos, es que no logro recordar nada en este bosque del olvido, ya no sé si seguir o no. pero quiero mirar aunque sea una vez más al pasado. Quiero recordar tu rostro, la forma de tu voz que caricias daba a mi inspiración, seguiré aunque mis miedos me atormentan cada vez más haciendo que escriba mis versos en la nota más triste. Sólo es lo que persigo en este lugar lo que me dice que existes y si aún te encontrase triste, en mi camino dejaré la búsqueda de mi destino y caminaré entre mis recuerdos, buscando tu sonrisa pues tu primera sonrisa le da comienzo a mi destino y mi destino tuvo comienzo la primera vez que nos conocimos.


Jesús Barreto.


Buscando llegar a ti
La ternura es la pasión del reposo.
Joubert

Veo la gente pasar y en ellos trato de buscar la mirada que una vez vi en tus ojos, busco desesperadamente y no encuentro ninguna como tu mirada, ¿Qué necesito para olvidarme de ti?, no sé si sabrás que existo, no sé si pensarás que vivo, no sé si es que en algún momento piensas en mí como yo en ti, pero estoy vivo, resistiendo estas ganas de amarte locamente y poder volver a ver esa mirada que vi en tus ojos alguna vez y es que ¿Cómo se puede querer a alguien que no conoces?, ¿Cómo puede alguien amar sin ser amado?, el hombre por naturaleza piensa en sí mismo, el hombre busca desesperadamente el amor (“Todos queremos algo de amor”) trata de hallarlo pero se pierde en el camino; yo no busco al amor para mi beneficio, yo lo busco para dártelo a ti así como los músicos que declaman en cantos que juran bajar las estrellas, recorrer el mundo y nadar a las profundidades del océano, así yo busco el amor para ti, sólo quiero amarte y verte feliz, con esa energía aquel día en que te conocí, irradiando esa luz y ese misterio que te delataba en tus silencios.
Tal vez te preguntes, ¿Qué quiero de ti?, pero sabias que una de las cosas más difíciles de los admiradores secretos es saber exactamente qué quiere el otro de ti o contigo.

Nos angustia mucho no saber qué quiere el otro de nosotros, nos inquieta, nos perturba, por eso nos volvemos desconfiados, nos ponemos a la defensiva, asumimos siempre que las intenciones del otro no son buenas. Nunca podemos saber qué quiere el otro o por qué nos quiere, eso es un eterno misterio ¿Por qué siempre caemos en la trampa de dar respuestas apresuradas?, el bello siente que lo quieren sólo por su belleza, el rico por su riqueza, el poderoso por su poder pero ¿Por qué pensamos tan mal del otro? Las intenciones del otro siempre serán una amenaza para nosotros, pero si dejáramos de adivinar y le diéramos la chance al otro de demostrarnos que siente, que quiere y por qué nos quiere, tal vez nos podríamos sorprender.

¿Qué quiere el otro de mí? Seguro te preguntarás eso, pero uno nunca sabe, nos quiere por las razones que sea, pero nos quiere. ¿Tanto nos cuesta hacernos cargo de eso? ¡Tocar tu corazón!. Tal vez eso es lo que quiere el otro de nosotros, tocar nuestro corazón y es a donde quiero llegar, a tu corazón.

Vanessa Canales


SOMOS POCOS LOS QUE ENTIENDEN
El cerro no es precisamente una montaña que se lanza ah tutearse con las águilas que revuelan al contorno de semejante belleza, que se empina melancólicamente para abrir largos los brazos hasta dejarlos en reposo sobre el polvo.
Observar el cerro de LIMA es pardo que sirve de almohada para que soñemos despiertos aquellos que trabajan mientras uno descansa son aquellos que ven el cambio de un día ah otro los que luchan por cada día mejor que el anterior.
EL río no es , precisamente ,un río ancho ni una corriente brava que se arrolla a sí misma, pues en realidad es una linfa escuálida que se deshilacha entre las piedras y se retuerce y pule mensualmente las hojas sin saber que seguirán andando.
Pero el río de Rímac juega con los papelitos que se ven como pedacitos de cartas que no saben si se quedan oh serán llevadas hasta el mar de ilusiones.
La plaza no es una plaza jactanciosa que se abre sólo a los hijos del pueblo sino mas bien es una plaza de apenas un cuadrilátero que guarda como un estuche de protección la casa de gobierno.
Con la imaginación como protagonista empezamos todo iniciamos nuestra vida o renovamos como uno quiera borra, lo que en un momento hizo daño y empezamos de nuevo no hay manera de repetir hasta el cansancio y poner en práctica en nuestras vidas el cerro llega hasta las nubes muy alto por cierto, el río omnipotente, la plaza infinita y a DIOS que hace todo como debe.

Enrique Castillo



MEMORIAS MY LIFE

el problema es que me tienes soñándote
como nube como viento, como cielo como mar
como la ola y la orilla
estoy mal como la noche y la luna, como mascota y su amo
como ama Dios al mundo yo te amo
como estrellas y universo, poeta y su verso,
como arena en el desierto
eso es cierto tú en mi vida un concierto de amor.


No me gusta como se siente el amor..
a mí no me fascina el dolor
Tú te me fuiste, te me fuiste y mataste
Todo lo bueno que hiciste
Al largarte y tomar la decisión de dejarme...........
esa fue la última opción que usaste??
De mi cara, mi ultima sonrisa viste
Yo soy un hombre ilustre
Acláralo, dilo
Ahora no te pongas triste después que sonreíste
Y lo que hiciste, me partiste el corazón en dos
La culpable de tu tragedia escríbelo tu misma......... viste
Es claro tu destino lo escribiste
Escúchame!!!!!
esto es lo último
mujer que voy a escribirte

Estoy con mil mujeres muchos billetes de 100
De verdad q me va muy bien
De verdad q me va muy bien
Hace tiempo se te fue el tren
De verdad q me va muy bien

Ya te saque del sistema
Pa q seguir con el dilema
A lo q no sirve se le da delete
Se bota o se quema
Ahora disfruto a plenitud la vida nueva
Ahogarme en lágrimas por ti mamita, ya no

Brenda Paz


Papá!

Era un hermoso día, los pájaros piaban de felicidad en el balcón del hermoso departamento de Ken, él mismo estaba tirado panza abajo en la cama, con la cabeza de lado, parecía estar babeando la almohada, mientras su gatita, Elizabeth, ronroneaba estirándose en la cama, acomodándose suavemente sobre ella junto a su tan amado dueño. El sol empezó a molestar al igual que el maldito radio-despertador que empezó a sonar.
Ken Kitamura tenía 37 años, llevaba mucho tiempo trabajando como guitarrista en una banda famosísima “L’Arc”, exactamente trece años. Tras su reciente divorcio, Ken había decidido no volverse a casar nunca más y vivir la vida loca a partir de ese momento. Estiró sus brazos perezosamente y acarició a la gatita la cual contenta ronroneó. Quitó las sabanas de su cuerpo dejando ver aquellos bóxer rojos que le sentaban tan maravillosamente mientras caminaba hacia el balcón para ver el comienzo de un nuevo día.
-“¡KEN, DESPIERTA!”- una voz familiarmente conocida lo sacó de su mundo de fantasías, esa voz, ¿De dónde la conocía? Se dio la vuelta suavemente para ver la puerta y dirigirse a ella con sumo cuidado.
Giró la perilla y caminó escaleras abajo sintiendo ese dulce olor que tanto le gustaba, un desayuno. Observó bien el lugar, esa no era su casa! Pensó cuando ingresó al limpio living, definitivamente no era su casa.
Corrió hacia la cocina para notar una figura extremadamente familiar, con sus pies descalzos mientras parecía estar preparando hot cakes, Ken observó bien todo, era bajito, tenía el cabello de un color muy conocido para él, su mirada se espantó cuando dicha figura volteó a verle.
-“Ken, parece que hubieras visto un fantasma”- dijo sonriendo –“¿Qué pasa amor?”
-“¿A-amor?”- preguntó y miró por todos lados, había varias fotos donde él y esa persona salían abrazados o besándose, y una pequeña donde parecía estar en la salida de un registro civil.
-“¿Estas bien? Hyde te golpeó muy fuerte la cabeza”- dijo la chica acercándose a él.
La chica, era Yukki, una compañera de banda, la cual tocaba la batería. Rubia, alta y muy bien parecida.
-“Yukki….. ¿Qué pasó? ¿Qué es todo esto?”- dijo bastante perturbado.
-“¿Cómo que qué es todo esto? es nuestra casa, es nuestra vida”- musitó –“Ken, me preocupas, ¿Quieres que llame a emergencia?”
-“N-no, está bien. Esta bien”- musitó sentándose observando como Yukki se quitaba el delantal, notando algo que Yukki no solía tener –“¿¿QUÉ ES ESO??”
-“¿Eso qué Ken?”- dijo un confundido Yukki.
-“¡E….ESO!”- señalando el vientre de la chica.
-“¿Esto?”- acariciando su notable pancita –“Es nuestro bebé…….Ken de verdad me preocupas”
-“No, ¡esto es imposible!”- dijo un aterrado Ken.
-“¿Qué es imposible?”- preguntó yukki acercándose.
-“¡E-eso!”- señala de nuevo la panza de Yukki.
-“Ken, ¡No llames “eso” a nuestro hijo!”- gritó Yukki, ahora estaba enojado.
-“¿Eh?”- de nuevo Ken cayó a la realidad, ¿le hablaba en serio? ¿Iba a ser padre?
-“Ken, ¡Qué Hyde te haya golpeado con su guitarra no quiere decir que trates de ‘eso’ a nuestro bebé! ¿No te parece?”- dijo Yukki bastante enojado –“Tengo fecha para dentro de dos semanas”
-“¿Dos semanas?”- dijo extrañado.
-“Sí, el tiempo pasa rápido”- dijo sonriendo acariciando su vientre de manera dulce.
-“¿Yukki?”- musitó como si fuera un niño mientras se acercaba.
-“¿Hmm?”
-“No recuerdo nada”- murmuró.
-“Tal vez esto te haga recordar”- dijo Yukki tomando el rostro de Ken dándole un dulce beso que el moreno reconoció enseguida, era el sabor más dulce del mundo.
Por instinto, Ken abrazó a Yukki por la cintura y de forma delicada mientras saboreaba la cavidad más dulce donde su amante le daba permiso de ser explorada, pronto se separaron a la falta de aire y Ken sonrió, debía ser real, ya que recordaba esos besos, ese cuerpo caliente encima suyo, esa piel tan suave, y los gemidos de la pequeña Yukki. Acarició su rostro de forma cuidadosa y luego el vientre de su amor para depositar un besito en el mismo.
-“¿Ahora lo recuerdas?”- dijo Yukki.
-“No del todo, pero recuerdo tus besos, tus caricias, tus gemidos, sobre todo los últimos ”
-“¡¡KEN!!”
-“¡Oye, es mi lado pervertido! Además, creo que necesitas lechita para el bebé ”
-“¡KEN BASTA!”- dijo fingiendo enojo evitando que el otro vea su sonrojo.
-“¡De acuerdo, de acuerdo!”- dijo Ken soltándolo acariciándole el cabello

RING, RING – Sonó el timbre de la puerta

-“Genial, yo que quería sexo”
-“¡KEN!”- gritó apenado el chico.
-“Jajaja ve a ver quién es”- dijo Ken sentándose.

Yukki abrió la puerta y entraron 2 hermosos mellizos de dos años, uno era niña y el otro era varón, detrás de ellos venían Hyde,la cantante del grupo y Tetsu, el bajista y Líder,.

-“Ustedes no paran de criar niños, ¿no?”- dijo Yukki haciéndolos entrar.
-“¡ES CULPA DE TETSU! él nunca se cuida ”- dijo sentándose tomando el café que se disponía a tomar Ken.
-“Hyde, el doctor dijo nada de café durante el embarazo ”- dijo Tetsu que se sentaba al lado del mismo –“Niños, basta, dejen a mamá”- dijo viendo que los niños empezaban a tironear la blusa de Hyde.
-“¡No MAMI MIA!”- dijo Asuri, la más pequeña
-“¡NO, MIA, MIA!”- gritó Kei, el mayor
-“ ¡SILENCIO! A mamá le duele la cabeza”- acotó Hyde masajeándose las sienes.
-“más enanos”- musitó Ken mirando a los tres niños –“Por cierto, ¿Cuándo nació este?”- señaló al bebé que tenía Tetsu en brazos.
-“Hace ocho meses ”
-“¿Y ya van por el cuarto? ”
-“¡ES CULPA DE TETSU “ dijo Hyde con enojo.
-“Tú aceptas hacerlos ”
-“Vete al diablo”- dijo Hyde mirando las medialunas que había en la mesa, pidió permiso a Yukki y tomó una, la partió en dos y se las dio a sus hijos.
-“Mami buena”- dijo Asuri mientras corría hacia el patio –“¡Vamo afuera hay juego! ”- saliendo con su hermano al patio.
-“Asuri, Kei, no se alejen tanto”- dijo Tetsu observando a sus hijo, lo cuales era idénticos a Hyde, pero el bebé era parecido a él –“¿Qué pasa Nayiro, estas cansado?”
Ken observó todo de forma asombrosa, aun así no sentía asombro de nada de lo que ocurría, Tetsu y Hyde tenían 3 hijos y uno en camino y nada le sorprendía después del beso que le dio Yukki era como que todo volvió a ser normal.
-“¿Qué pasa? ¿Sobrepoblaran la tierra?”- dijo en tono de broma Ken.
-“¡Tú ni que lo digas Ken!”- dijo Tetsu –“Seguro querrás hacerle 9 hijos a Yukki”
-“Me gusta cuando se crean pero no tanto cuando se crían”- suspiró –“¡Hay que cambiar pañales!”
-“Osea te gusta el proceso de creado”- dijo Hyde –“Como a Tetsu ”
-“¡Puedes dejar de mirarme así! ¡Ya te dije que lo siento!”- dijo Tetsu suspirando.
-“Oigan chicos, ¿Qué tal si tomamos unas cervezas y miramos TV?”- propuso Ken.
-“¡KEN! el embarazo”- regañó Yukki.
-“Cierto, bueno podemos tomar jugo de naranja jajaja”- rió mientras se levantaba.
-“Debo aclarar que sigues en bóxer ”- dijo Yukki señalándolo.

Ken se levantó y fue a cambiarse para luego bajar y ver a sus amigos frente al TV. Tetsu tenía a Nayiro dormido en brazos, Asuri estaba en el regazo de Hyde y Kei estaba en el regazo de Yukki, Ken se sentó junto a este y prendió la TV.
Sólo unas horas pasaron cuando la TV se volvió aburrida y la apagaron para hablar sobre L’arc y sus nuevos proyectos.

-“Deberíamos hacer otro Álbum después de que Hyde de a Luz”- dijo acariciando el vientre de su marido.

-“Encima que tengo dos horas de trabajo de parto ¿Quieres que grave un álbum? ”- regañó Hyde.
-“Tranquilo Hyde linda”- sonrió Tetsu y volteó a ver a la otra pareja.
-“Para cuando de a luz Hyde, entonces mi bebé podrá ingresar a una guardería”- dijo Yukki acariciando su vientre.
Ken sonrió al imaginarse a su bebé cuando Yukki empezó a mirarlo a los ojos con una expresión de dolor, Ken se levantó enseguida para ver qué le pasaba a su esposa y vio que el sillón estaba mojado.
-“Tío Yukki hizo pipi”- dijo Asuri señalando el sillón, bajando de donde estaba sentada.
-“No amor, no se hizo pipi”- dijo Tetsu mientras se levantaba para dejar a Nayiro en regazo de su amor para ayudar a Ken a levantar a Yukki.

-“Las contracciones empezaron hace 7 minutos”- dijo Yukki con dolor sintiendo punzadas en su bajo vientre.
-“Tranquilo amor, te llevaré al hospital”

PIIIIIIIP PIIIIIIIIP (sonido de bocina)
-“MIERDA, ¡AVANCEN DE UNA PUTA VEZ!”- gritó Ken desesperado y miró a Yukki la cual respiraba profundamente.
-“Yo sentí eso hace ocho meses ”- mirando feo a Tetsu.
-“¡AAAH KEN YA NO PUEDO MÁS!”
-“Tranquilo amor, tranquilo, todo estará bien”- dijo acariciándole el vientre a su novia –“Todo está bien”
-“KEN YA NO PUEDO MÁS, TU BEBÉ NACERÁ EN TU CARRO IMPORTADO AAAAH”- gritó apretando sus ojos.
-“¡NOO!”- gritó para luego salir del auto correr hacia la puerta y sacar a su amante tomándolo en brazos –“Sólo son 5 cuadras, ¡Sólo resiste, amor!”- dijo y miró a sus amigos-“por favor cuídenme el auto”
-“Oye, ¿Qué crees que somos? ¿Unos inexpertos? ”- dijo Hyde colocándose del lado del piloto y Tetsu del copiloto.
-“¡Bah!”- dijo y corrió con Yukki en brazos hacia el hospital.

Yukki llegó al hospital en brazos de un cansado Ken el cual había corrido como un desesperado las cinco cuadras, habló con la recepcionista la cual enseguida trajo una camilla preparando a Yukki para el parto, Ken no se despegó ni un segundo hasta que la mujer lo detuvo.
-“DÉJEME VERLO, SERÉ PADRE PRIMERIZO, ¡QUIERO VERLO!”- gritó Ken mientras parecía desesperado.
-“Tranquilo joven Ken, sólo necesitamos que se coloque esto y ya puede pasar”- dijo dándole el vestuario necesario para entrar a sala de partos.
Ken se sacó todo y se colocó lo que le dio la enfermera para entrar y ver a los doctores rodeando a Yukki, ella misma estaba bastante nerviosa pero al ver a Ken se relajó.

-“Tranquilo Señora Yukki, esto no dolerá”- dijo mientras le daban una semi-vuelta colocándolo de costado mientras le pintaban la espalda con una sustancia y le daban una inyección en la columna para luego volverla a la posición normal –“Esto es para hacer el trabajo de la cesaria” – dijó la chica mientras iba a buscar los instrumentos quirúrgicos para la cirugía.
-“Ken”- musitó lastimosamente –“Tengo miedo”
-“Tranquilo amor, todo estará bien”- dijo acariciándole la frente.
-“Pero….pero”
-“Shhh ¿Confías en mí?”- dijo sonriéndole a lo que Yukki se tranquilizó.
Los doctores empezaron el procedimiento, tomando los elementos quirúrgicos empezando a realizar la cesaria de manera correcta y pausada, Yukki se aferraba a la mano de Ken el cual sólo le miraba a los ojos para tranquilizarla, todo estaba muy callado, todo muy tranquilo, hasta parecía un cuento mágico, pero algo interrumpió todo.
-“BUAAAA BUAAA”- gritó un bebé llorando a todo pulmón lo que hizo que sus padres sonrieran.
-“¡Es un varoncito!”- dijo la enfermera mirando a los dos –“Felicidades, un futuro baterista o guitarrista a nacido”- dijo dándole al bebe a una enfermera pasándolo cerca de Ken, el cual pudo verlo.
-“Yukki, es hermoso…”- dijo Ken mirando al bebé.
-“Quiero verlo, quiero ver a mi bebé”- dijo mientras sus ojos lagrimosos estaban llenos de felicidad.
-“Aquí está, el bebé quiere ir con papá y mamá”- dijo otra enfermera que ya traía al niño limpio.
Ken lo tomó en brazos, era tan pequeñito, tan hermoso, se parecía tanto a él cuando era bebé. Se acercó a Yukki le enseñó al niño colocándolo al lado del mismo, una enfermera a pedido de ambos le sacó una foto a los tres, ambos padres besando a su hijo.
-“A lo que te dediques estaré orgulloso”- dijo acariciándole la carita a su hijo –“orgulloso”
-“¿Lo dices por tus padres?”- dijo Yukki mirando a Ken el cual afirmó –“Los míos tampoco me dejaron, pero cualquier cosa que quiera hacer Rui lo dejaremos”
-“¿Rui?”
-“Me pareció Lindo…. ¿no? Rui es un nombre lindo”- dijo Yukki observando a Ken con una sonrisa.

El niño tomó de nombre Rui.

Horas más tarde Ken y Yukki estaban en el cuarto, Ken jugaba con el bebé besándole el rostro mientras Yukki hojeaba una revista.
-“¡FELICIDADES POR BEBÉ NUEVO!”- gritaron los 4 (Hyde, Tetsu, Asuri y Kei)
-“Shhh, despertarán a Rui”- dijo Ken más sonriente que nunca –“Rui, te enseñaré toda mi colección de revistas porno”
-“¡Ken! pervertirás a nuestro hijo ”
-“jajaja es broma es broma”- acercándose al bebé haciendo que lo besaba
–“No lo es ”
-“¿Rui lo llamaron?”- dijo Tetsu acercándose al niño.
-“Sí, se me ocurrió, además se le puede apodar Ruicito”
-“Será un Ken miniatura ¡válgame dios!”- dijo Hyde golpeándose la frente con la palma de la mano.
Al Día siguiente…

-“¡KEN! ¡LEVÁNTATE!”- gritó una voz bastante familiar, Ken se levantó bastante malhumorado.
-“¿Qué pasa?!”
-“Anda que Hyde y Tetsu nos esperan”- dijo Yukki tomando los pentagramas.
-“Mierda”- Ken se levantó y observó por todos lados, algo no estaba bien –“¿Dónde está Rui?”
-“¿Rui?”
-“Ajá”
-“¿Quién es Rui?”- preguntó Yukki.
-“¿Qué? ¡NUESTRO HIJO! ¡RUI!”- gritó Ken como si estuviera paranoico.

-“Pero Ken, primero: como pudimos tener un hijo si genéticamente es imposible y segundo, tú y yo somos amigos, no amantes”- dijo Yukki algo confundido.
Ken miró el lugar, todo había sido un sueño, sonrió y observó a Yukki.
-“Pero tal vez pueda cambiar la ultima parte”
FIN


Belce Agaliareth


tomado del blog:
http://belce-belce.blogspot.com/

De paseo.
Apuesto a que Belce anda cerca,en el aire ya hay moscas y apesta.
Va a querer llevarme de paseo y esta vez aceptaré sólo si trae negros caramelos.
Algo me hace sombra,se abre la raída gabardina y observo tentadoras golosinas,seguro que las ha probado todas,este no lleva por gusto esa dentadura postiza y aún así le hago creer que me fascina su detestable sonrisa.
Me ofrece una mano demacrada,me levanta con cuidado del suelo y advierto que ambos iremos descalzos por el extraño sendero.
Mientras me platica su miserable vida le revientan burbujas de saliva,me paro de puntitas para alcanzar su cara y le limpio la baba mientras germinan en mi vientre las náuseas.
Se une a la caminata Pan y comienza a tocar con ímpetu su flauta,Bel y yo nos burlamos al ver que las ratas se han equivocado de cuento ya que hace rato que nos vienen siguiendo.
El sol bosteza con pereza y la luna de soslayo despectiva le observa.
En el cielo lóbrego las estrellas rojas van ocupando su lugar y codo a codo nos recostamos sobre la hierba para ver a las brujas volar.



Maripoza Negra B F


Tú te robas mis pensamientos , mira mis ojos llevo semanas tratando de decirte cuánto deseo que me robes el primer beso .
Logras elevar mi imaginación lujuriosa y atrevida , controlo mis impulsos para no parecer agresiva y lanzarme a tus brazos sin medidas, se que no esta permitido tener arranques de amor porque sé que no estoy contigo , y cómo le explico a mis bajos instintos que no tengan pensamientos oscuros contigo .
Trataré de escribir una carta de despedida , pero cómo lo consigo si las tres primeras líneas son de bienvenida, si, deseando que entres en mi vida, que ocupes mi tiempo con caricias ,que susurres en mi espalda tus ideas prohibidas y exquisitas, y que tus manos miren los lugares que nunca nadie en mí encontró. Serás mi calma , mi tormento , mi pecado , mi deseo serás mi vida y en un instante mi asesino , serás mi capricho y mi más grande anhelo , serás mi paz y hasta mi cielo y si así lo quiero podrás ser mi infierno, serás mi calma ,mi fetiche, mi orgasmo, mi impaciencia, mi llanto y mi tristeza, simplemente serás

Martin Cervetto







EL HERMAFRODITA

A mi abuela

Esa mañana jugaba el Space Invaders en mi Atari cuando mi abuela entró a mi habitación. Traía puesto un vestido turquesa de verano. A la altura del entreseno resplandecía tenue un prendedor de piedras violáceas en forma de cucaracha. Su expresión demacrada y el video pornográfico que llevaba bajo el brazo me anunciaron que iríamos a visitar al hermafrodita.

El chofer paró antes en la bodega de los chinos. Mi abuela sacó entonces de su cartera un billete gris con la cara de Túpac Amaru y me dijo que compre una botella grande de Disarono y una caja de biscotelas.
Descendí del auto deseando estar en la playa junto a los otros. O permanecer al menos en mi cuarto jugando Atari o masturbándome con algunas de las revistas que me había regalado el hermafrodita o contemplando desde mi ventana a los perros que defecan en el parque.

Mi tía Francesca nos recibió. La casa del hermafrodita quedaba en el malecón. Desde su ventana se podía ver el mar, olerlo, ver a los tablistas, a las chicas del verano bronceándose eternas sobre las piedras oscuras, a aquellos que daban vueltas en el cielo con sus parapentes de colores, a los que se arrojaban del puente Villena atados de una soga, y a los otros; a los que como yo veían pasar las estaciones desde cualquier ventana o deambulaban por las heladerías con la mente en blanco o repleta de imágenes pornográficas.
Tía Francesca sirvió helados de lúcuma con fudge de chocolate y biscotelas. Recibí mi porción con la mirada fija en su escote y/o en sus ojos dorados. Si le hubiera agarrado una teta o el culo –como me atrevería a hacer algunos años después de la muerte del hermafrodita- no hubiera pasado nada.
Mi abuela prefirió un vaso grande de Disarono con hielos, muchos hielos. Al centro de la mesa había una gran torta azul decorada con muñequitos diversos: futbolistas de la U, ultrasietes, pornostars, una vela sinuosa y un letrerito de chocolate que le deseaba feliz cumple al hermafrodita.
“¿Y cómo sigue?” preguntó finalmente mi abuela encendiendo un Ducal.
“Ay nona…” respondió la tía Francesca. Su voz quebrantada lo decía todo. Sus ojos de gata, inmensos y tristes, daban la impresión de que soltarían el llanto en cualquier momento.
“¿Podemos subir a verlo?, le he traído un regalito” preguntó mi abuela, sonriendo o tratando de sonreír. “Una de esas pelis que tanto le gustan, tú sabes”.
“Ay nona” volvió a decir mi tía Francesca, desviando la mirada hacia cualquier lado, ruborizándose ligeramente, o pretendiendo que lo hacía.
En ese momento bajó el hermafrodita. Se veía cansado y su menudo cuerpo sin luz parecía más frágil o más etéreo o más enfermizo o más irreal. Su peinado de gladiador le daba un toque surrealista a todo ese momento.
“!Japiberdei!” le dijo mi abuela abrazándolo y llenándolo de besos. Luego sacó de su cartera la película que no sé en qué momento había alcanzado a envolver en un papel regalo con dibujitos de Charlie Brown.
Yo simplemente le di un abrazo breve. La picadura de sus tetillas de colegiala adolescente se quedó sin embargo en mi cuerpo como una sensación permanente.
“Uuauu” exclamó el hermafrodita mientras terminaba de abrir el regalo. Y no era para menos. Se trataba de la ya entonces célebre The anal destruction of Tracy Lords.
“Gracias nona” dijo el hermafrodita colgándose de su regazo. Los ojos de mi abuela entonces se terminaron de nublar impidiéndole decir nada más. Y tampoco había mucho que decir.
“Vamos a verla” me dijo entonces el hermafrodita.
“Sí, vayan nomás” agregó la tía Francesca. “Nosotras les avisamos para cantar el japiberdei”.
Pero cuando entramos a su cuarto en vez de meter la película en el betamax la dejó encima de un escueto diccionario de psicoanálisis. Abajo, mi abuela se había puesto a cantar en napolitano y mi tía Francesca la acompañaba con la mandolina. El hermafrodita me miró entonces a los ojos.
“Tengo que pedirte un gran favor” dijo en un tono solemne que no le conocía. “Tú ya sabes lo de mi enfermedad” continuó sin desclavar sus ojos de reptil de los míos. “Éste será seguro mi último cumpleaños y hay algo que necesito hacer”.

Luego de cantar el japiberdei salimos a la calle. Antes habíamos hecho la llamada respectiva desde su cuarto. Cuando llegamos al antro la puta ya estaba esperándonos. No fue difícil reconocerla, ya que aparte de su disfraz la habíamos visto en un catálogo, aunque claro, ya sabíamos que en la realidad nada era igual.
Pagamos su cuenta y nos metimos a un taxi. El hotel de tres estrellas del malecón se me hizo aceptable. Quizá demasiado para esa mujer acostumbrada a lo que haya. Pero no se trataba de ella sino del hermafrodita, quien quería despedirse de este mundo inane dando y recibiendo placer al mismo tiempo.

Después de quedarse totalmente desnuda –previo baile caliginoso que inundó la habitación de su perfume barato- la puta procedió a desvestir al hermafrodita.
El primer remezón fue el descubrimiento de sus senos. Eran pequeños y puntiagudos y tenían las bolitas de los pezones incrustadas hacia adentro. La puta entonces apuró el paso, tratando sin duda de terminar cuanto antes todo aquello.
Pero cuando le bajó el calzón todo se detuvo. Nunca había previsto algo así: una especie de cresta morada y divida en tres, cuya parte central, a manera de un clítoris gigantesco, se replegaba sobre sí misma sin dejar de apuntarnos a la cara.
Lo demás era algo así como una huevera hundida, un escroto rosado y salpicado de pelos grises y rubios, una glándula tristísima que no dejaba de palpitar.
La puta entonces se detuvo y me miró como pidiendo instrucciones pero yo también me había quedado helado.
“Eso ya es otro precio” alcanzó a decir incorporándose. El rostro del hermafrodita se congestionó entonces de golpe y sin mediar palabra le estampó un terrible cabezazo en la mandíbula que le voló algunos dientes y la derribó.
Luego, sin darme tiempo a reaccionar, le arrojó una pesada lámpara de mármol en la cabeza. Alcancé a detenerlo antes de que le tirara el televisor encima.

Mientras pagábamos la cuenta en la recepción la puta salió gritando del ascensor. Estaba todavía desnuda y maldecía salpicando sangre por las alfombras impecables del lobby.
Salimos corriendo y no paramos hasta el parque Salazar. Cuando llegué a casa encontré a mi abuela en la sala. Fumaba y bebía y se reía viendo Los Picapiedras.
“¿Ya comiste?” me preguntó.
Esa noche mi abuela y yo nos metimos un atracón pantagruélico en el Kentucky del parque Kennedy. A veces miraba por la ventana a ver si pasaba la puta. La imaginaba desnuda y ensangrentada y caminando sin rumbo. Iluminada tan sólo por la luz insomne de los escaparates. Presentable quizá por primera vez.